Estamos en pleno verano y a punto de llegar al mágico mes de las sagradas vacaciones: agosto. ¿Has elegido tu viaje? Si no lo has hecho, no hay de qué preocuparse, porque todavía queda tiempo y porque el destino es lo de menos, lo único importante es pasarlo realmente bien. ¿Quieres algunas ideas?
Por ejemplo, el verano es el momento perfecto para acampar. Pasar una noche al aire libre en un Parque Nacional o en un camping bonito o incluso en el propio patio de tu casa. Tener una tienda de campaña es necesario para hacerlo en el campo, pero en tu propia terraza con un colchón hinchable y un saco de dormir es suficiente. Una linterna, un repelente de insectos, tu comida favorita, algo de beber y lo más importante, antes de emprender esta aventura, hay que hacer labor de investigación y aprender algo sobre las constelaciones de estrellas para buscarlas en el cielo nocturno, en un lugar sin contaminación lumínica. Y si tienes niños, mucho mejor… entonces hay que saberse buenos cuentos y leyendas para contar a la luz de una hoguera, mientras se asan malvaviscos.
Otra gran idea es ir a la playa, pero hacerlo como lo hacen los niños, con el cubo y la palita en la mano. Hagamos castillos en la arena, grandes hoyos que se llenarán de agua y se llevarán las olas, juguemos a la pelota, compremos raquetas, llevemos a nuestros perros a correr por la orilla o inflemos una colchoneta y dejemos que el mar nos meza. Cualquier tipo de ejercicio será bueno, sin tener en cuenta nada más que pasarlo bien. Eso sí, siempre y cuando antes de empezar nos embadurnemos bien de crema protectora: no queremos lloros y lamentaciones al final de la jornada, antes de sentarnos tranquilamente a observar el atardecer.
Una tercera posiblidad es conocer y aventurarse en una ciudad que no hayamos visitado y jugar a ser otra persona. Puede ser al otro lado del mundo o a 30 km de nuestra casa. La idea es alquilar un piso de vacaciones. Algo a buen precio y de confianza, que no se nos vaya de presupuesto, pero que sea bonito y nos permita pasar unos días estupendos. Una vez seleccionado el piso, podemos inventar un guión sobre nuestra personalidad, por ejemplo, ser un cantante de jazz y recorrer todas las salas de conciertos de la ciudad para codearse con otros cantantes; o ser un fotógrafo que va a capturar las mejores estampas de la urbe cámara en mano; o quizá un espía o un investigador, una princesa de incógnito, una diseñadora de modas a la caza de nuevas ideas o un poeta que busca inspiración. En función de nuestro personaje, podemos recorrer la ciudad con otros ojos y disfrutarla en muchos otros sentidos, de una forma muy diferente a la que lo haríamos si sólo fuéramos un turista más. Puede ser tan enriquecedor como divertido.
Otra propuesta atrevida es ir a un festival de verano. Durante los meses de estío es cuando más y mejores festivales se organizan en todas las ciudades, pero seguro que hay alguno que os gusta de una forma especial y ese es, precisamente, nuestro objetivo. Puede ser un festival de cine con películas al aire libre, una celebración cultural, musical o incluso de comida tradicional, un festival de conciertos en la calle, un parque o incluso en un parque de atracciones. Cualquier excusa vale, lo importante es hacer algo en familia, con los amigos, con nuestro amor… Es verano, todo puede ser mágico.
Por último, apuntamos ir a la piscina, a la playa, al río, a un lago… Da igual, el objetivo principal es bañarse en agua, nadar, chapotear, cualquier cosa que nos permita ganarle la partida al calor y al mismo tiempo pasarlo bien. ¿Qué hay mejor que meterse en el agua y dejar que ésta enfríe poco a poco todo nuestro cuerpo? Es una sensación relajante y placentera, pero es que nadar implica un sinfín de beneficios para nuestro cuerpo. El ejercicio es bueno, eso está claro, pero sobre todo, es tremendamente divertido y eso en verano es lo único importante. Así que, venga, haced vuestra propia lista y preparaos para disfrutar del mes de agosto, lo mejor del verano.