Una de las joyas de la economía catalana es el turismo, que aporta cada año más de 18 millones de turistas internacionales (un cuarto de todos los visitantes que llegan a España) y 17.466 millones de euros en gasto de los turistas, el 22,6% del total de España. La ciudad de Barcelona y la costa mediterránea de Cataluña son los principales atractivos para los visitantes. Por eso, las elecciones del 21 de diciembre serán fundamentales para saber si esta actividad económica se ve aún más afectada tras las pérdidas que ha experimentado desde la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre y la posterior destitución del Gobierno catalán.
Exceltur, el lobby compuesto por las grandes empresas turísticas españolas, ha analizado los datos económicos desde el 1 de octubre hasta finales de noviembre, periodo en que los hoteles catalanes han visto descender los ingresos por habitación disponible en 2,8 puntos porcentuales. Se preveía un incremento en la rentabilidad hotelera para estas fechas del 7%, por lo que la pérdida de rentabilidad total ha sido del 9,8%. Los descensos en rentabilidad empezarán a afectar a los trabajadores del sector turístico catalán en la primera parte de 2018, cuando los empresarios consultados por Exceltur prevén despidos en sus plantillas para reducirlas de media un 8%.
Como es lógico, Barcelona, la capital catalana, es el destino más afectado. La rentabilidad de sus hoteles se ha reducido un 11,2% en el mes de octubre con respecto al mismo mes del año 2016. Para este mes se esperaba un aumento en los ingresos por habitación del 4,7%, por lo que la rentabilidad de cada habitación disponible en los hoteles de la capital se ha contraído un 15,9% en un mes. La menor afluencia de turistas extranjeros, sobre todo de los mercados próximos como Francia, Reino Unido y Alemania, explican estas pérdidas. Sin embargo, otros destinos como Cambrils, Vila-Seca y Calella han visto crecer sus ingresos por habitación en más de un 40%. La costa ha sido la menos impactada debido a que se ha iniciado la temporada baja y a que los paquetes vacacionales ya estaban reservados por los viajeros extranjeros, que tienen más dificultades para cancelarlos. Por su lado, los hoteles de cuatro y cinco estrellas son los que más han sufrido la caída en sus ingresos por habitación, con descensos del 13,7% y del 10,5%, respectivamente.
A lo largo de noviembre, y tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución para cesar al gobierno catalán secesionista, junto con la convocatoria de elecciones, las caídas en los ingresos de los hoteles se han atenuado del 11% en el mes de octubre al 9% en el mes de noviembre en Barcelona, según una encuesta realizada por Exceltur entre profesionales y que se cerró el 30 de noviembre. La incertidumbre está haciendo mucho daño a los alojamientos barceloneses. La mayor parte de los hoteles de la capital funcionan con reservas independientes que les llegan a través de sus propios canales o desde portales de Internet, como Booking. Éstas últimas suelen ser reservas de última hora, que se pueden cancelar fácilmente. No ocurre lo mismo con los hoteles de costa, que funcionan a través de la venta de paquetes por turoperadores internacionales y cuya cancelación es más dificultosa.
Con todo, la llegada de viajeros a Cataluña por vía aérea, a través del Aeropuerto de El Prat, ha crecido entre octubre (un 3,9% más de pasajeros que en 2016) y noviembre (un 5% más). Pero Exceltur señala que los turistas extranjeros han permanecido menos días en Barcelona y han reducido su gasto en los comercios de la ciudad.
De cara a diciembre, la encuesta de Exceltur muestra que los hoteleros esperan caídas del 15% en los ingresos de sus establecimientos en el último mes del año. Las elecciones catalanas se celebran el 21 de diciembre y su resultado determinará el comportamiento turístico de la última semana del año y del primer trimestre de 2018, periodo en el que los hoteleros esperan caídas en la rentabilidad del 10%. Si los partidos políticos secesionistas vuelven a triunfar en los comicios y se empeñan en llevar adelante sus objetivos de independencia de la región catalana de España, el turismo se puede ver más afectado por la desconfianza ante la incertidumbre en los meses venideros. En este caso los descensos estarán motivados por los menores desplazamientos de los turistas españoles. Un ejemplo: por primera vez desde que se puso en marcha el programa estatal del Imserso, viajes baratos para jubilados españoles en temporada baja con la idea de dinamizar la actividad turística de los destinos, los hoteles catalanes no han cubierto sus plazas. Destinos de playa como Salou han sufrido un fuerte impacto económico por la ausencia de estos turistas mayores de 60 años y que en el invierno permiten mantener ocupados hoteles y comercios. En este caso, la independencia también alcanza al primer motor económico catalán.