Ryanair tiene unos principios muy claros: precios bajos, promociones polémicas, salidas de tono de su presidente… Todo ello ha ayudado a esta low cost a forjarse la imagen que gasta en la actualidad. Pero desde la aerolínea también han dejado claro otro de sus ideales: les da igual todo y todos. No le importa que un juzgado de lo Mercantil le inste a modificar sus abusivas condiciones de contratación. Tampoco le importa acusar a la Generalitat Valenciana de favorecer a otras aerolíneas con ayudas. Y ahora no le duele amenazar a Fuerteventura con dejar de operar todos sus vuelos en la isla.
Sin entrar en el posible incumplimiento contractual entre las dos partes, estas prácticas nos parecen hasta mafiosas. Ryanair dispone de una serie de cauces legales para hacer valer sus derechos ante quienes piense que los están quebrantando. Pero no, la política de esta firma irlandesa es la de organizar mucho ruido, ¿para qué? Las primeras campañas de este tipo le podrían dar resultados, pero el sector ya le va cogiendo la medida a esta low cost y cada vez hace menos caso.
Por otro lado, queremos denunciar las formas que han seguido algunas regiones españolas para fomentar el turismo en su ámbito de actuación. Muchas comunidades autónomas han otorgado subvenciones a diversas aerolíneas para compensar el nulo retorno de la inversión que suponía para la firma abrir una ruta entre un aeropuerto de segunda y una ciudad europea (o incluso española). Cuando el dinero público se acaba, la aerolínea se enfada y acaba cerrando esta ruta deficitaria, que nunca ha dado beneficios. Es de lógica empresarial. Lo que no es tan lógico es que se utilice dinero de todos los contribuyentes para sufragar las operaciones (o la “promoción”, como eufemísticamente suele decirse) de compañías privadas, cuya teórica compensación serán los ingresos que generen los turistas que transporten. Y repetimos: teórico, porque este tipo de subvenciones sólo ayudan a crear una falsa sensación de riqueza turística.
1 comment
Totalmente de acuerdo. Ryanair funciona como las empresas de teléfonos móviles. Cuando todo va bien no hay problea pero cuando algo se tuerce el cliente se ve tirado.
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