Volar por determinadas zonas de África puede ser costoso, problemático y difícil. Hasta que arranque el cielo único africano (SAATM en sus siglas inglesas), un proyecto de la Unión Africana (UA) postergado desde 1999, cuando se pergeñó la Decisión Yamoussoukro. La idea de este proyecto, al igual que ocurre entre los estados europeos o los latinoamericanos, es desregular los servicios aéreos de los estados africanos firmantes, poner en marcha mecanismos de libre competencia y resolución de conflictos en el sector, liberalizar las frecuencias y las tarifas. Todo con el fin de potenciar la industria aérea africana, generar negocio y atraer a un mayor número de turistas al continente.
Dentro de la iniciativa se encuentran 21 países de los 55 que integran la UA, en concreto Benin, Nigeria y Sierra Leona en el oeste de África; Kenia y Ruanda en el este; Zimbabue y Sudáfrica en el sur; y Egipto en el norte. Entre todos agrupan a más de 670 millones de habitantes y representan algunos de los estados con mayor desarrollo económico de la región. Además, al acuerdo se han sumado quince compañías aéreas que en total gestionan el 70% del tráfico de pasajeros dentro de África, entre las que destacan Ethiopian Airlines, Kenya Airways, South African Express y Egypt Air.
Un mayor flujo de viajeros dentro de África conllevará un incremento de los negocios, creación de empleo en el sector y una caída en las tarifas aéreas gracias a la libre competencia. Un informe de IATA, la patronal internacional de las aerolíneas, explica que liberalizar las rutas aéreas en 12 países africanos relevantes ayudará a crear 150.000 trabajos y añadirá 1.300 millones de dólares al PIB del continente. Por su lado, la Organización para las Naciones Unidas celebró el año pasado la Conferencia de Comercio y Desarrollo donde se concluyó que sólo 4 de cada 10 viajeros que se mueven por países africanos son residentes en otro estado del mismo continente.
Para las aerolíneas, además de la facilidad para hacer negocio, es que podrán viajar a dos países seguidos sin necesidad de pasar por su base de origen, lo que significa que se pondrá final a los vuelos punto a punto. Este detalle es importante porque para las compañías aéreas es rentable tener los aviones volando y no parados en tierra, donde los costes aumentan, porque no hay pasaje que los pague con la compra de sus billetes.
La apertura de los cielos en algunos países del continente se suma a la intención de varios estados de relajar los requerimientos para que ciudadanos africanos les visiten.