MADRID.- Meliá Hotels ha conseguido un beneficio de 40,13 millones de euros en 2011, lo que implica un descenso del 19,9% con respecto al ejercicio anterior, según ha informado la compañía en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La cadena mallorquina ha atribuido este empeoramiento a unos mayores gastos financieros, por importe de 4,4 millones de euros, y a menores ingresos por valor de 11,6 millones de euros.
El resultado bruto de explotación (Ebitda, antes de intereses, impuestos y depreciaciones) alcanzó los 149,1 millones de euros, lo que supone una mejora del 5,1%, mientras que el beneficio antes de impuestos superó los 51 millones, un 20,1% menos. El aumento del Ebitda muestra que si Meliá es capaz de controlar sus costes financieros (pagos de intereses y otras partidas), así como minorar sus amortzaciones, podrá entrar en unos niveles mayores de rentabilidad.
Los ingresos de la cadena balear alcanzaron los 1.335 millones de euros, lo que supone una mejora del 6,7% con respecto al ejercicio anterior. Los ingresos del negocio hotelero aumentaron un 5,4% respecto a 2010. Durante 2011, la sociedad matriz del grupo ha abonado 9,47 millones de euros en concepto de dividendos. Además, los ingresos por habitación disponible (RevPar) repuntaron un 9%, gracias al crecimiento registrado en la ocupación, que ascendió un 6,3% y a un incremento del precio medio por habitación del 2,5% durante 2011.
La hotelera de la familia Escarrer destacó la favorable evolución de los destinos vacacionales en Latinoamérica y Mediterráneo y el comportamiento igualmente positivo de las ciudades europeas, que explican el aumento de sus ingresos hoteleros. En España, señaló la buena evolución de Madrid y Barcelona, que compensó el peor registro de ciudades secundarias (un 13% de los ingresos).
Estrategia de futuro
Meliá prevé un crecimiento del RevPar del 5% en el inicio del año y espera que el mismo aumente por el incremento del precio medio de la habitación. Asimismo, la compañía está centrada en un proceso de internacionalización y diversificación. La idea es depender lo menos posible del mercado español, muy dañado por la crisis, y conseguir un mayor peso del negocio internacional en sus cuentas. Y es que ya el 20% de su beneficio de explotación proviene de los hoteles españoles, mientras que las pernoctaciones de residentes suponen el 28% del total.
Meliá prevé incorporar 31 nuevos hoteles a su cartera, si bien el 87% de las habitaciones se ubicará fuera de España entre 2012 y 2014. En paralelo, reforzará su estrategia creando centros de operaciones regionales para fortalecer la venta en origen, lo que vendrá acompañado de la ponderación de la fuerza de ventas en España para concentrarse en los mercados emisores, con la consecuente reducción de costes estructurales.