MADRID.- Los ejecutivos de Iberia ya han señalado a los trabajadores que tendrán que abandonar la compañía en los próximos meses. La firma española, integrante del holding financiero IAG, ha presentado un plan de reestructuración de su actividad que contempla la reducción de la plantilla en 4.500 empleados, así como la disminución de los salarios entre un 25% y un 35%.
La cifra supone desprenderse del 22% de sus trabajadores (cerca de 20.000 en la actualidad). Por segmentos, el mayor ajuste se realizará en los trabajadores de tierra. Según los sindicatos que acudieron el pasado viernes 9 de noviembe a la sede de la aerolínea para conocer este plan, 3.030 trabajadores de tierra tendrán que salir de la compañía aérea. A ellos se sumarán 932 tripulantes de cabina (TCP, conocidos como azafatas y sobrecargos) y 537 pilotos (de un total de 1.500 comandantes).
Rafael Sánchez-Lozano, consejero delegado de Iberia, ha explicado en diversos medios que la supervivencia de la compañía depende de esta reducción de su plantilla, además de centrarse en otros puntos, como eliminar rutas deficitarias (todas las nacionales y europeas, que pasarán a Iberia Express y Vueling) o disminuir su número de aviones. En los nueve primeros meses de 2012, Iberia ha perdido 262 millones de euros, según las cuentas de IAG presentadas el9 de noviembre.
Los sindicatos, UGT, CCOO y Sepla, han rechazado este plan de despidos. La compañía ha dado de plazo hasta el 31 de enero de 2013 para negociar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que hará falta. Y ha avisado de que si no se produce un acuerdo, el número de despidos podría aumentar. Con el actual marco laboral y los números económicos que ofrece Iberia, la compañía casi podrá proponer el número de despidos que quiera.
Por lo tanto, se acerca un periodo de gran conflictividad en la aerolínea y no sería raro que en el mes de diciembre se produzcan las primeras huelgas entre sus trabajadores. Los sindicatos llevan meses hablando del “desmantelamiento” de Iberia, uno de los objetivos de British Airways para hacerse con el control de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas. Además, los representantes de los trabajadores han exigido que el esfuerzo de la reestructuración se reparta entre Vueling (que será comprada por IAG), Iberia Express y Air Nostrum, así como los accionistas.