MADRID.- Sao Paulo y Río de Janeiro, dos de las principales ciudades de Brasil, están viviendo enfrentamientos entre sus ciudadanos y fuerzas policiales. Los habitantes de las dos mayores urbes del país iberoamericano se han lanzado a la calle para protestar contra la subida del precio del transporte público. El Partido de los Trabajadores, de la presidenta brasileña Dilma Roussef, que gobierna en el Ayuntamiento de Sao Paulo, y el opositor PSDB, que gobierna en el estado del mismo nombre (Brasil es una república federal), han acordado incrementar los precios de autobús municipal, metro y trenes del estado paulista de 3 reales a 3,20 reales (de 1,06 euros a 1,13 euros), un 6,7%.
Para entender este conflicto es necesario saber que el salario mínimo en Brasil es de 678 reales (unos 239 euros) y, por poner un ejemplo, en España este salario mínimo alcanza los 645,30 euros con un precio del Metro de Madrid de 1,50 euros. Brasil es un país con un potencial y unos recursos económicos enormes que ha obtenido crecimientos superiores al 5% desde 2008. No obstante, el último dato oficial, de 2011, fue del 2,7%, una cifra muy modesta para una economía en expansión.
Brasil celebrará en 2014 el Mundial de Fútbol y en 2016 los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. El Gobierno quiere usar ambos eventos para dar notoriedad internacional al país y utilizarlos como plataforma para el desarrollo económico y social.
Las últimas protestas han tenido una fuerte represión policial como consecuencia de los disturbios que produjeron ciertos manifestantes en las jornadas anteriores. De las refriegas han resultado detenidas 137 personas y 50 están heridas. Las protestas no son sólo por esta subida de precios concreta, sino por todas las que se han venido produciendo en los últimos años por encima de la inflación (porcentaje en que suben los precios año tras año), que ha sido de una media del 6,3% en 2013.
