MADRID.- La Comisión Europea se propone reforzar la protección de los consumidores que compran viajes combinados personalizados a través de Internet. Bruselas calcula que 120 millones de clientes compran este tipo de viajes en Internet, que nos son los típicos paquetes cerrados que se ofrecen en las agencuas de viajes. Los viajes combinados personalizados (el cliente elige el hotel, el vuelo y otros servicios) no están cubiertos por la normativa comunitaria, por lo que estos viajeros están expuestos a dificultades en su repatriación en caso de quiebras de un operadores turísticos, por ejemplo.
Según la Comisión Europea, el 23% de los turistas europeos reserva viajes combinados tradicionales (en agencias, ya sean físicas u online), mientras que otro 23% opta por paquetes personalizados. Además, la nueva norma introducirá controles más estrictos de los recargos de precios, por ejemplo por subidas de los carburantes, que no podrán superar el 10%. Las compañías también estarán obligadas a repercutir las reducciones de precios en circunstancias equivalentes. Ahora, si el precio del combustible sube, los importes de vuelos o paquetes que incluyan vuelos, se elevan. Sin embargo, cuando estos costes descienden muchas empresas no suelen trasladarlo a sus precios, aumentando sus márgenes de beneficio con la justificación de costes de suministro que no se producen.
Asimismo, la CE quiere garantizar que los consumidores dispongan de mayor flexibilidad para poder rescindir el contrato antes de emprender viaje, pagando al organizador una indemnización razonable. También se reconocerá el derecho del consumidor a anular el contrato, de forma gratuita, antes de la salida, en caso de catástrofe natural, conflicto civil o situaciones graves similares en el destino que puedan afectar a sus vacaciones. Estas cláusulas serán muy importantes en viajes a destinos como Egipto u otros países que están viviendo convulsiones políticas y para los que se suelen reservar viajes con mucha antelación.
Además de las reducciones de los precios en caso de que no se haya prestado correctamente un servicio de viaje, los consumidores también pueden exigir una indemnización por cualquier daño no material que hayan sufrido, especialmente en caso de vacaciones arruinadas. Y podrán presentar quejas o reclamaciones directamente al minorista al que hayan comprado sus vacaciones.
Las empresas también se verán beneficiadas, ya que la Comisión suprimirá la obligación de reeditar folletos, lo que supondrá un ahorro de 390 millones al año a los turoperadores y agencias. Además, Bruselas plantea excluir de la aplicación de la directiva los viajes de negocios organizados, lo que puede implicar un ahorro de costes de hasta 76 millones al año.