MADRID.- El Departamento de Justicia de EEUU ha llegado a un acuerdo con las aerolíneas US Airways y American Airlines (AA) para autorizar su fusión. A cambio, las compañías tendrán que llevar a cabo varias desinversiones en grandes aeropuertos del país para mejorar la competencia en el sector. En concreto, las dos aerolíneas tendrán que vender derechos de despegue y aterrizaje, así como derechos de embarque en siete aeropuertos a compañías de bajo coste para ofrecer más opciones y tasas más competitivas a los clientes.
La fusión de AA, acogida a la ley estadounidense de bancarrotas, y de US Airways es una de la mayores en los últimos años. Sin embargo, el Departamento de Justicia de EEUU bloqueó en agosto el proceso de fusión por la presentación de una demanda civil antimonopolio por considerar que la unión de las dos aerolíneas estadounidenses podría presentar problemas de competencia. En su declaración oficial, señalaba que la fusión, que daría lugar a la mayor aerolínea del mundo valorada en 11.000 millones de dólares (más de 8.100 millones de euros), reduciría la competencia para el transporte aéreo comercial en los mercados locales en los EEUU. Ello conllevaría el pago de tarifas más altas por parte de los pasajeros, que recibirán a cambio menos servicios.
De esta manera, el número de aerolíneas de bajpo coste se incrementará en los aeropuertos Boston Logan International, Chicago O’Hare International, Dallas Love Field, Los Angeles International, Miami International, New York LaGuardia International y Ronald Reagan Washington National.
Una de las mayores aerolíneas
En febrero, AMR, la matriz de American Airlines (en suspensión de pagos desde noviembre de 2011) y US Airways anunciaron un plan para fusionar ambas compañías. Los accionistas de US Airways aprobaron el pasado 17 de julio la propuesta del consejo de administración para su fusión con AA, con el 99% de los votos emitidos. De hacerse efectiva la fusión, la nueva compañía superaría a United Continental y Delta Airlines. El acuerdo contemplaría un trasvase de acciones en base al plan de reestructuración de AA, que sacaría a la compañía de la protección de bancarrota a la que está sometida actualmente.
Los acreedores de AA se harían con cerca del 72% de las acciones de la compañía resultante, mientras que los accionistas de US Airways obtendrían el 28% restante. La compañía resultante mantendría el nombre de American Airlines y su sede en Fort Worth (Texas), con una plantilla de 94.000 empleados, una flota de 950 aviones, y operaría unos 6.500 vuelos diarios, con una facturación de casi 39.000 millones de dólares (29.000 millones de euros).