El Parque Nacional de Guadarrama (Madrid y Segovia) cumple un año desde su puesta en marcha con 3,5 millones de visitantes, según datos del gobierno de la Comunidad de Madrid, lo que le sitúa entre los de mayor afluencia en España. La Consejería de Medio Ambiente de esta región asegura que en el parque se encuentran representados el 40% de las especies de aves, reptiles y anfibios, así como la mitad de los mamíferos de España. Además, se ha verificado que dentro del Guadarrama se ha instalado una familia de lobos, después de que el propio ser humano casi extinguiese la especie a mediados del siglo XX, a la que se suma una mayor procreación de buitre negro.
Al final, la declaración de parque nacional tiene como objetivo la protección de la zona natural en la que se encuentra. Sin embargo, los diferentes gobiernos han ido permitiendo el desarrollo de actividades empresariales en estos lugares, siempre que fuesen respetuosos con la naturaleza y no pusiesen en peligro la protección del medio. Con ello también se pretende que los núcleos de población que se encuentran en el parque puedan desarrollarse económicamente y aumentar su riqueza. Borja Sarasola, consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, sostiene que se ha producido un aumento del 10% en la actividad de los negocios del parque nacional (alojamientos y restaurantes) y que se han superado los 50 millones de euros de gasto de los visitantes en los negocios dentro del área de influencia. Son datos de parte díficles de comprobar, puesto que no existe un organismo independiente que se encargue de cuantificar el impacto económico de las visitas al parque, como sí ocurre en los EEUU, por ejemplo.
No todo el mundo está contento con la gestión del Parque Nacional del Guadarrama. La asociación Ecologistas en Acción ha criticado duramente el primer año de vida del parque, hablando de masificación en determinados enclavez que ponen en peligro su conservación y sosteniendo que los municipios de la zona están “condenados a convertirse en suministradores de servicios turísticos“. La asociación ecologista denuncia que hasta la primavera de 2014 no se han constituido los órganos de gestión del parque (de carácter mixto entre Madrid y Castilla y León), que no ha tenido asignación presupuestaria y que no se ha cerrado el convenio de financiación entre el Estado y el Parque Nacional. Sobre las especies conservadas, la aparición de los lobos y el incremento de buitres negros, Ecologistas en Acción explica que no hay datos que avale ninguno de estos avances con el nuevo parque nacional, ya que muchos se dieron con el anterior Parque de Peñalara, ahora derogado. Sarasola ha tildado estas acusaciones de “opiniones infundadas y apocalípticas”.
La nueva Ley de Parques Nacionales, cuya aprobación se producirá en 2014, permitirá la puesta en marcha de actividades privadas en el entorno de los parques nacionales, siempre que las mismas sean respetuosas con el medio ambiente. Habrá que ver cómo se articula esta política y qué tipo de actividades se permitirán, pero las asociaciones ecologistas son las más críticas con esta postura, ya que su defensa se basa en que un parque nacional tiene como objetivo la conservación del territorio. Por su lado, el Gobierno español considera que los parques deben servir para cerar empleo a través de usos turísticos respetuosos con el medio.