MADRID.- La Naturaleza ha dado un golpe al plan de liberalización del transporte por tren de alta velocidad que el Gobierno español tiene en marcha. Durante la tarde-noche del 2 de julio, una fuerte tromba de agua produjo daños en el kilómetro 369/000 de la vía férrea de alta velocidad Madrid-Valencia, provocando el desplazamiento del balasto (las piedras que se distribuyen por la vía) en un tramo de 800 metros a lo largo de la plataforma sobre la que corren los raíles de la vía. Como consecuencia, la zona de vía afectada se hundió en el momento en que un tren de alta velocidad transitaba por la misma, lo que motivó su parada y la suspensión de los trenes AVE entre Madrid y Valencia. Las primeras imágenes (se puede ver una muestra abajo) parecían indicar un descarrilamiento de la locomotora, aunue ninguno de los pasajeros a bordo del AVE sufrieron ningún daño.
El incidente se ha producido a pocos días de que se cumpla el primer año del accidente de Santiago de Compostela, en el que un tren Alvia descarriló a pocos kilómetros de la capital coruñesa, en un tramo de curva cerrado y por circular a una velocidad excesiva. En el accidente, que se está investigando por un juzgado y en el que están imputados diversos responsables de Adif, el gestor de infraestructuras ferroviarias, murieron 78 personas y más de un centenar resultaron heridas de diversa gravedad. Desde entonces, el Ministerio de Fomento, que dirige la ministra Ana Pastor, se ha preocupado de mejorar la seguridad en la red ferroviaria, modificando los reglamentos de circulación y estableciendo sistemas de aviso de velocidad en los tramos en que no existían. Sin embargo, el deterioro de la vía Madrid-Valencia muestra que aún se debe mejorar en la construcción de las plataformas. La gran cantidad de lluvia derribó la valla que protege la vía, lo que provocó una acumulación de materiales en el drenaje, imposibilitando que este desaguase correctamente. Y esto llevó al hundimiento de la propia vía.
Además de las cuestiones de seguridad en la construcción, el incidente ha ocurrido en la primera vía que el Gobierno liberalizará a otra compañía privada para que compita con Renfe en el transporte de viajeros por ferrocarril. Una mala publicidad para el corredor de alta velocidad que se quería convertir en ejemplo de la comptencia privada en el tren. Antes de que acabe julio, el Ministerio de Fomento aprobará un decreto en el que se fijarán las condiciones de servicio que deberán ofrecer los nuevos operadores y durante el resto del año se licitará en concurso público una licencia para que una sola empresa compita con Renfe en los viajes entre Madrid-Valencia y Alicante. En 2015 se podrían ver los primeros trenes de un operador privado circulando por las vías de alta velocidad a Valencia.
Diferentes empresas se han interesado por la liberalización del transporte ferroviario, entre ellas el grupo Alsa (especializado en el transporte por carretera) o el grupo editorial Planeta, que no es la primera vez que entraría en un sector de este tipo, ya que invirtió en los orígenes de la aerolínea Vueling, por ejemplo. Aún se deben publicar las condiciones de competencia y las empresas deberán valorar si el modelo les resulta atractivo y rentable. Hasta ese momento, Fomento se tendrá que preocupar por cuidar de sus infraestructuras y no dar la impresión de que cualquier evento de la Naturaleza puede trastocar un negocio que puede mover millones al año. Renfe, la empresa pública de ferrocarriles, ha facturado 378 millones de euros por sus actividades en AVE y Larga Distancia entre enero y abril de 2014, lo que da idea de las posibilidades del negocio.
Un AVE que iba de Madrid a Alicante está a punto de descarrilar a causa de las tormentas http://t.co/RxC41i22rN pic.twitter.com/oNgwQrx5fD
— Martin Sainz-Trápaga (@MSainz_Trapaga) julio 3, 2014