Accor vira su negocio hacia los pisos turísticos de lujo

John Paul, el mayordomo virtual | Foto: John Paul

El grupo francés Accor se ha gastado más de 3.037 millones de dólares (2.858 millones de euros) en compras de empresas durante 2016. Entre las compañías adquiridas se encuentran varias cadenas de hoteles de lujo, pero también portales web de alquiler de pisos turísticos. Esta estrategia dual pretende maximizar sus beneficios a través del negocio tradicional de la hotelería y no perder comba en el fulgurante negocio del alquiler de pisos a través de Internet, modelo en el que Airbnb es el referente, la compañía estadounidense valorada en más de 30.000 millones de euros.

Aunque Accor, que es la séptima hotelera mundial, ingresó 5.631 millones de euros en 2016 y obtuvo un beneficio de 265 millones, para realizar las operaciones de compra más importantes se ha endeudado por encima de los 1.600 millones de euros. Sin duda espera que la rentabilidad de sus compras sea inmediata y genere la suficiente caja como para devolver estos préstamos.

Mientras en otros países de Europa, como España, el sector hotelero se queja constantemente del intrusismo de los pisos turísticos, por la competencia desleal que suponen y por la falta de calidad que ofrecen, Accor ha decidido combatir al “enemigo” de otra manera. El 18 de febrero de 2018, el grupo anunció la compra del 30% de Oasis Collection, una web radicada en Buenos Aires (Argentina) que se dedica a la intermediación en el alquiler de pisos y apartamentos. El mismo día, el conglomerado francés anunció la adquisición del 49% de Squarebreak, otra web dedicada a intermediar en el alquiler de propiedades de alto nivel, que además cuentan con servicios típicos de la hotelería. Y en 2017 se cerrará la compra de Travel Keys, otro portal para el alquiler de apartamentos de lujo.

Accor ha realizado compras estratégicas en este sector, donde puede obtener mayores ingresos gracias a la tendencia creciente de cierto perfil de viajero por alojarse en un apartamento o en un piso turístico en vez de un hotel. Los dos portales webs se encuentran en el segmento de alto nivel. Tanto Oasis Collection como Squarebreak ofrecen servicios adicionales a los propietarios en la gestión de sus apartamentos, como a los huéspedes que se alojan en los mismos. Se trata de un modelo que va más allá del alquiler puro y duro de la propiedad. Por otro lado, Accor tampoco ha renunciado a hacerse un hueco en el segmento de alquileres tradicionales. El 5 de abril la compañía dio a conocer la compra de Onefinestay por 169 millones de dólares, una web británica dedicada al alquiler de pisos turísticos, un modelo de negocio que se acerca más al de AirBnb.

La última adquisición de contenido tecnológico se produjo el 27 de julio, cuando Accor compró el 80% de John Paul por 120 millones de dólares. Se trata de una aplicación para el móvil que funciona como un conserje privado, de tal manera que el huésped del hotel se la descarga y puede solicitar diversos servicios, como si dispusiese de un mayordomo propio, que se le prestan de forma personal. Es un giro de Accor hacia la atención personalizada a sus clientes y también una forma de incorporar la tecnología al servicio de mayordomía.

El único modelo similar es el que ha puesto en marcha Kike Sarasola, propietario de la hotelera Room Mate, quien ha creado su propia marca de alquiler de pisos turísticos (Be Mate) con servicios similares a los de un hotel. En repetidas ocasiones, Sarasola ha defendido que el sector hotelero debe adaptarse a las innovaciones tecnológicas y abandonar la letanía de quejas constantes.

Sin abandonar los hoteles

Sin embargo, la compra más abultada del ejercicio pasado se produjo el 12 de julio, cuando el grupo francés anunció la adquisición de la cadena hotelera Fairmont Raffles por 2.700 millones de dólares, de los cuales Accor aportará 840 millones en efectivo y el resto se realizará mediante un intercambio de acciones. Esta cadena de hoteles de lujo, con sede en Toronto (Canadá), pero repartida por todo el mundo, servirá para incrementar el catálogo de alojamientos de alto standing del grupo francés, sobre todo el regiones como Asia. Ahondando más en esta estrategia de dirigirse a un cliente interesado en el lujo, Accor reveló el 5 de diciembre la compra de un 5% en Banyan Tree, operación valorada en 17 millones de dólares. Esta cadena cuenta con complejos hoteleros de alta categoría en Asia, aunque también dispone de alojamientos en Marruecos, Cuba y México.

Entre medias de estas dos operaciones, Accor también había adquirido un 30% en la cadena 25hours por 31,2 millones de libras (35,8 millones de euros). Se trata de una hotelera con alojamientos tipo boutique en el centro de Europa, sobre todo en Alemania, Austria y Suiza. De esta manera, la cadena hotelera sigue ahondado en un modelo de hotelería de alta calidad, que le proporciona mayores ingresos. En la actualidad, Accor mantiene marcas como Sofitel, Pullman, Novotel, Mercure o Ibis, cada una dirigida a un segmento de mercado. En total, el grupo gestiona 20 marcas, más de 172.000 habitaciones en 92 países.

Hacia una empresa de servicios

En los últimos meses, Sebastien Bazin, CEO de Accor, ha revelado otra línea estratégica de la compañía: Accor Local Pilot. Se trata de un programa con el que la empresa gala quiere usar su capilaridad, es decir, los hoteles que tiene distribuidos por todo el mundo, para prestar servicios a sus clientes, sean huéspedes del hotel o no. “El hotel se convertirá en un sitio que se hará la vida más fácil”, ha comentado Bazin al medio Skift.com, que lo ha ejemplificado de la siguiente manera: “quizá una tintorería tenga el traje de una persona, pero cierra el comercio a las 7 de la tarde [y no puede limpiarlo]. ¿Por qué no llevar el vestido al hotel más cercano para que lo limpien y enviarle un texto al cliente para que lo recoja allí?”.

Accor se enfrenta en 2017 a un reto monumental con la venta de HotelInvest, la división en la que agrupa los hoteles que gestiona y posee la compañía. Esta división es la que aporta la mayor parte de los ingresos, cerca de 6.900 millones de dólares anuales. Accor seguirá controlando un 30% de esta división, pero se deshará dela ladrillo de los hoteles. De esta manera, la empresa francesa pasará a gestionar los hoteles, recibiendo una comisión por su gestión, pero no poseyendo el bien físico, el inmueble. Con este paso, Accor conseguirá dinero líquido con el que poder financiar su expansión, pagar los préstamos pendientes, y seguir en la senda de la digitalización del negocio.

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