MADRID.- La entrada de capital privado en Aena Aeropuertos, empresa pública que gestiona los aeródromos españoles, está muy cerca de producirse y de momento se ha iniciado la fase propagandística para convencer de sus bondades. Según un comunicado de la compañía, los aeropuertos nacionales han conseguido un beneficio neto de 597 millones de euros. Es un hito, teniendo en cuenta que esta infraestructuras han sido deficitarias en los últimos años, con pérdidas en 2012 de 64 millones de euros y un resultado negativo en 2011 de 215 millones de euros. Hay que tener en cuenta que estos beneficios se refieren a Aena Aeropuertos como sociedad gestora, pero es seguro que existen aeródromos en España que son deficitarios. Sin embargo, a diferencia de 2011, la empresa, que depende del Ministerio de Fomento, no ha tomado la buena costumbre de publicar las cuentas de resultados de cada uno de los aeropuertos.
Por otro lado, el resultado bruto de expotación de Aena Aeropuertos (la diferencia entre ingresos y gastos operativos) ha sido de 1.610 millones de euros en 2013. Es decir, que la empresa es plenamente rentable. Un caramelo para los futuros inversores (constructoras sobre todo), ya que tendrán a su disposición una clientela de 187 millones al año sin tener las incertidumbres de iniciar el negocio. Para que una empresa en pérdidas haya llegado a estos números han hecho falta dos pilares. En un primer lugar, la subida de tasas aeroportuarias que el Gobierno presidido por Mariano Rajoy (del Partido Popular) no dudó en acometer en 2011 y 2012, lo que elevó los precios públicos cerca de un 20% e infló los precios de los billetes. Para 2013 y los siguientes años, tras llegar a un acuerdo con las principales aerolíneas españolas, las subidas de tasas serán más moderadas, pero seguirán existiendo.
En segundo lugar, la afluencia de turistas internacionales ha ayudado a incrementar el tráfico en los aeropuertos nacionales (han llegado 60 millones a España en 2013), lo que ha llevado a un incremento en la recaudación por tasas. Asimismo, Aena Aeropuertos también ha mejorado otras líneas de ingresos, licitando las tiendas de varios aeropuertos importantes (como Barcelona-El Prat o el Adolfo Suárez-Madrid Barajas), por las que cobra un canon a las concesionarias, y mejorando los servicios de parking.
El Gobierno ha querido crear un regalo para las empresas que invertirán en la red de aeropuertos y lo ha conseguido, pero ahora queda por ver cuál es el procedimiento que se va a seguir para la entrada de capital privado. Se ha especulado con la posibilidad de que una parte de las acciones de Aena Aeropuertos salgan a bolsa y no sería descabellado, ya que la situación en los mercados ha mejorado en los últimos meses e incluso algunas empresas del sector viajes, como eDreams, se atreverán a saltar al parqué.
Inicio de la privatización en 2010
La privatización de los aeropuertos españoles es un proyecto inicial del Gobierno socialista del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, el inicio de la crisis retrasó los planes y en 2011, cuando el Partido Popular ganó las elecciones, el proceso se paralizó. Hacia finales de 2012 y en 2013 se han licitado varios concursos para seleccionar las empresas que asesorarán en el proceso de privatización y es probable que a lo largo de 2014 se inicie el mismo, teniendo en cuenta que en 2015 se celebraran nuevas elecciones generales en España.
El ejecutivo socialista dio varios pasos para abrir el capital de Aena. El primero de ellos era reducir los costes y las nóminas del personal era el mayor de ellos. Dentro del colectivo de trabajadores de Aena (entonces no existía Aena Aeropuertos y la gestión de los aeródromos y la navegación aérea estaban en la misma empresa), los controladores aéreos eran los que mayores sueldos cobraban (después de los altos ejecutivos). Por ello, desde 2009 y durante 2010, el Gobierno adoptó varias decisiones, promovidas por José Blanco, anterior ministro de Fomento, para reducir la nómina de los controladores: aumentos de jornadas laborales y denuncia del convenio colectivo, entre otras. Ello provocó el cierre del espacio aéreo en 2010, según el Gobierno por el abandono de los puestos de trabajo de los controladores, y según los controladores porque habían superado el número de horas que podían trabajar.
Al final, los sueldos de los controladores se redujeron. Quedaba otra parte importante, reducir los gastos corrientes, para lo que el nuevo Gobierno del PP se afanó en aplicar un plan de reducción de costes en los aeropuertos con menos tráfico (España es uno de los países europeos con mayor número de aeródromos por habitante). Lo ha conseguido, disminuyendo los gastos de explotación en 255 millones de euros desde que tomó el poder en noviembre de 2011. De esta forma, Aena Aeropuertos también ha logrado reducir su endeudamiento a siete veces el resultado de explotación, llegando a los 11.394 millones de euros en créditos a devolver. Pero es que en 2011, la relación de deuda era de 14 veces el resultado bruto de explotación. Es decir, que hace tres años, la deuda de Aena Aeropuertos superaba en 14 veces los beneficios que generaba el negocio aeroportuario. La mayor parte de estos créditos se acumulan en los aeropuertos de Madrid (tras la construcción de la Terminal 4) y en el de Barcelona.