AENA despide a un controlador de Santiago y ‘destierra’ a otros dos

MADRID.- AENA ha despedido a uno de los controladores del centro de Santiago de Compostela que abandonó su puesto de trabajo en noviembre de 2010 alegando que había cumplido su máximo de jornada laboral. Asimismo, la empresa pública ha trasladado, forzosamente, a otros dos empleados (uno a Granada y otro a Almería) que se basaron en el mismo argumento para abandonar sus puestos de trabajo. AENA abrió un expediente disciplinario a estos profesionales por su actitud, que se ha resuelto tras la demanda de conflicto colectivo que presentaron los controladores afectados ante la justicia, que les quitó la razón en sus reivindicaciones.

Este parón fue el precedente de la rebelión de controladores en los días 3 y 4 de diciembre, que obligó al Gobierno cerrar el espacio aéreo nacional, así como a decretar la militarización del control aéreo y de estos profesionales, algo para lo que no había precedente en nuestro país. No son los únicos expedientes que se han resuelto, ya que AENA había abierto 29 procedimientos contra 17 controladores de Santiago de Compostela. El resto de expedientes (hasta 22) han acabado con suspensiones de empleo y sueldo, dependiendo de las infracciones y la gravedad, que van de cinco a 86 días. Por otro lado, cuatro expedientes se han trasladado a la Fiscalía, ya que AENA ha apreciado la posible comisión de un delito.

El problema de los controladores surgió a finales de 2009, cuando el colectivo no lograba ponerse de acuerdo con AENA para redactar un nuevo convenio colectivo. El salario de estos profesionales (en muchos casos superior a los 270.000 euros por año) y otras condiciones laborales eran el principal escollo. A la vista de la paralización de las negociaciones, el Gobierno decidió aprobar un Real Decreto-Ley por el que establecía nuevas condiciones laborales para el colectivo de control aéreo. Ello exacerbó los ánimos de estos profesionales, que, tras varias normas que perfilaban aún más sus condiciones de trabajo, explotaron el viernes 3 de diciembre, tras la aprobación de un real decreto que fijaba su jornada de trabajo, en el inicio del Puente de la Constitución, abandonando sus puestos y provocando el cierre del espacio aéreo. En marzo, tras el arbitraje del exministro Manuel Pimentel, se aprobó un nuevo convenio colectivo para los controladores.

Diversas sentencias judiciales han ido quitando la razón a los controladores. En primer lugar, la Audiencia Nacional, que decidió que las condiciones laborales aprobadas por el Gobierno no suponían una ilegalidad y entraban dentro de sus atribuciones y la Constitución. En segundo lugar, el Tribunal Supremo se ha visto incompetente para valorar si la militarización del colectivo se ajustó o no Derecho. Y, por último, el Juzgado de lo Social de Santiago de Compostela, que estimó que no habían cumplido el máximo de su jornada laboral. Los controladores aún se enfrentan a un proceso penal, con más de 5.000 denunciantes, por el caos que provocaron en diciembre de 2010.