Airbnb acumula 2.000 millones en pérdidas, ¿burbuja o buena inversión?

Airbnb empezará a cotizar en la bolsa estadounidense antes de que acabe 2020, como anunció la empresa a principios de este año. Y su salida al mercado ha permitido ver las interioridades de una de las compañías que ha cambiado el panorama del alojamiento turístico en todo el mundo. En 2019, Airbnb ingresó 4.805 millones de dólares (4.052 millones de euros), un 31,6% más que en el año anterior. Con todo, los costes se comen año tras año los ingresos de la firma californiana, que tuvo unas pérdidas de 674,34 millones de dólares en 2019, cuarenta veces más que en el ejercicio anterior.

Ante estas cifras, la pregunta que cabe hacerse es quién quiere invertir en una empresa que, desde su creación, no ha conseguido beneficios. A pesar de ello, la salida a bolsa puede valorar Airbnb por encima de los 30.000 millones de dólares. Según el documento de cotización, Airbnb acumula pérdidas por valor de 2.100 millones de dólares desde su creación y hasta el 30 de septiembre. La compañía avisa que ha “incurrido en pérdidas netas en cada año desde el inicio, y es posible que no podamos lograr la rentabilidad”. Como otros sectores del turismo, Airbnb también se ha visto afectada por la pandemia de coronavirus SARS-Cov-2, causante de la Covid-19, y registra una caída media del 35% en las reservas de noches desde el mes de marzo. Además, la empresa también indica que su resultado operativo (ingresos menos gastos) y su liquidez han ido disminuyendo en los últimos años, una tendencia que podría continuar. Aunque diversas farmacéuticas han anunciado que sus vacunas contra el coronavirus tienen una efectividad del 95%, aún no está claro en qué momento de 2021 se podrá vacunar a la población mundial y cómo se volverán a reabrir los viajes.

El principal coste de Airbnb es el de ventas y marketing, más de 1.621 millones de dólares cada año. En esta partida se registran los gastos por publicidad en Internet y en buscadores como Google, así como los descuentos, comisiones y el gasto en personal de ventas. Airbnb especifica que en 2019 gastó 712,6 millones de dólares en marketing de resultados, que incluye los anuncios en buscadores, programas de afiliación y relacionados. La cantidad da idea de la capacidad financiera que se necesita para competir con este gigante del alquiler de viviendas y pisos turísticos. Sólo las grandes agencias de viajes online, como Booking o Expedia, pueden estar a su altura a la hora de promocionar alojamientos en Internet. Si se tiene en cuenta que se reservaron 327 millones de noches en 2019 a través de Airbnb, el coste de publicidad por cada noche asciende a 2,18 dólares. Asimismo, por cada dólar gastado en publicidad, Airbnb ingresa 6,7 dólares en reservas.

El otro gran gasto en la cuenta de resultados son los costes para conseguir ingresos, que ascendió a 1.196 millones de dólares en 2019. En esta partida se incluyen las comisiones que Airbnb abona a los servicios de  pago por el uso de tarjeta de crédito, el alquiler de los servidores en los que se aloja la plataforma web y sistemas de la empresa y la amortización del software que ha desarrollado la compañía californiana.

Los documentos de salida a bolsa siempre suelen ser pesimistas en cuanto a las previsiones como medida para evitar futuras demandas de los inversores por expectativas que luego pueden no cumplirse. Sin embargo, es curioso que Airbnb reconozca entre los riesgos a los que se enfrenta que el crecimiento de sus ingresos ha sido negativo en los tres últimos ejercicios, en los que el movimiento de turistas en todo el mundo no ha dejado de elevarse. Otro de los riesgos que evalúa Airbnb es el de los competidores a los que tiene que hacer frente. En contra de lo que parece evidente, a Airbnb le preocupan las principales agencias de viajes online más que las cadenas hoteleras. Así, Booking.com, KAYAK, Priceline.com, Expedia, Vrbo, HomeAway, Hotels.com, Orbitz, Travelocity, las chinas Trip.com, Meituan Dianping, Fliggy (subsidiaria de Alibaba), la argentina Despegar o MakeMyTrip, junto con otras agencias de Internet regionales, son las que mantienen en vilo el negocio del gigante estadounidense. Los buscadores de Internet, como Google o el chino Baidu están en segundo lugar y sólo las cadenas hoteleras se sitúan en antepenúltima posición.

Los principales beneficiados con la salida a bolsa de Airbnb serán sus fundadores y los fondos de inversión que han ido insuflando dinero (más de 6.000 millones de dólares) a la compañía desde que se creó en 2007. Brian Chesky, el CEO y fundador de Airbnb tiene 76,94 millones de acciones. Le siguen Nathan Blecharczyk (70 millones de acciones) y Joseph Gebbia (70 millones de acciones). Aún no se sabe a qué precio cotizará la acción de Airbnb, pero los analistas calculan que rondará los 30 dólares por acción. Esto significa que cada fundador tiene acciones por importe superior a 2.100 millones de dólares. Por su lado, el fondo de inversión Sequoia Capital cuenta con 82 millones de títulos de Airbnb (2.460 millones), Founders Found, con 26,55 millones de acciones (796 millones de dólares) y DST Global 14 millones de acciones (420 millones de dólares).

Airbnb ha sido polémica desde sus inicios. El progresivo alquiler de muchas viviendas particulares ha provocado un efecto de empobrecimiento de barrios y de desplazamiento de inquilinos. Por su lado, los hoteles se han quejado de que Airbnb era una competencia desleal, pues sus anunciantes no pagan impuestos ni cumplían normas de seguridad o calidad. La propia compañía también ha estado en el ojo del huracán por sus prácticas fiscales para pagar pocos impuestos en los países donde opera. Y diversos Estados han intentado poner coto, mediante leyes y otras medidas, al anuncio indistriminado de apartamentos.

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