Airbus y las principales aerolíneas europeas avisan de “represalias” por la tasa de emisión de CO2

MADRID.- La decisión de la Comisión Europea (CE) de cobrar derechos de emisión de CO2 a las aerolíneas que despeguen y aterricen en los aeropuertos del continente sigue teniendo consecuencias y repercusiones. Los fabricantes aeronáuticos Airbus y MTU Aero Engines, junto con varias de las principales aerolíneas europeas (Iberia, Lufthansa, Air France, British Airways, Air Berlin, Safran y Virgin Atlantic), se han unido para pedir a los líderes europeos que solucionen el “conflicto” con China y otros países iniciado tras la puesta en vigor de la tasa de emisiones de carbono (ETS en sus siglas inglesas).

Desde el 1 de enero, las compañías aéreas que operan en la UE, ya sean europeas o de otros países de fuera de la Unión, como China o EEUU, deben abonar una tasa en función de las toneladas de CO2 que emiten a la atmósfera. Con este impuesto, la CE pretende financiar la lucha contra el cambio climático, a la vez que obliga a las compañías a ser más eficientes y emitir menos gases. Sin embargo, países como EEUU y China se han rebelado contra esta medida. En el caso del país asiático ha ordenado a sus aerolíneas no pagar la tasa. Pero no ha sido esta la única orden, ya que China ha cancelado un pedido de aviones al fabricante europeo Airbus valorado en 12.000 millones de dólares (9.150 millones de euros).

Presión a los políticos

En dos cartas conjuntas enviadas a Mariano Rajoy, presidente de España; Angela Merkel, canciller de Alemania; François Fillon, primer ministro de Francia; y David Cameron, primer ministro de Reino Unido, los fabricantes aeronáuticos y las diversas compañías aéreas admiten su temor ante posibles “consecuencias contra la aviación europea” y a las “contramedidas” que pudieran tomar países terceros en respuesta a la ETS.

En su comunicado, Airbus habla de “restricciones” de los países que se oponen a la medida. El constructor europeo pone como ejemplo el caso de China ya citado. La repercusión no sólo alcanza a los beneficios del fabricante, sino que este advierte de que “se están poniendo en peligro hasta 1.000 puestos de trabajo en Airbus, además de otros 1.000 empleos en la cadena de proveedores”. Por su lado, los consejeros delegados de las nueve firmas esperan que “la lista de suspensiones, cancelaciones y acciones punitivas” crezcan en otros “grandes mercados” que también se oponen a la ETS. “Es una situación que la actual y debilitada Europa no se puede permitir”, inciden en sus cartas.

Para los firmantes, la solución debe ser global, dentro de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), dialogando con los estados que estén barajando tomar “represalias”. Ahora, los principales gobernantes del continente tienen la pelota en su tejado para intentar que una de las principales industrias de Europa no se vea dañada.

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