Algunas curiosidades sobre la Navidad

Basílica de la Anunciación en Nazaret | Foto: Daphna Tal para Turismo de Israel

La Navidad es una de las fechas más esperadas del año, porque supone una excusa para retornar al hogar, si nos encontramos fuera de casa, o bien para limar asperezas con la familia y reunirse con buenos propósitos. Pero, ¿de dónde viene esta tradición? La Navidad es una festividad cristiana que conmemora el nacimiento de Jesús, la figura alrededor de la que gira todo el credo cristiano. Sin embargo, la primera curiosidad de esta celebración es que Jesús no vino al mundo el 25 de diciembre, es decir, el Día de Navidad.

La mayoría de expertos bíblicos y de historiadores consideran que el mesías de los cristianos pudo nacer al final del verano o incluso en el otoño. En su evangelio, Lucas asegura que los pastores dormían con sus rebaños al raso de la noche, algo impensable en Galilea durante el invierno por el excesivo frío. En las Escrituras, ningún evangelista menciona la fecha concreta del nacimiento de Jesús, por lo que su delimitación fue un añadido posterior de la naciente Iglesia católica. Y Jesús tampoco llegó al mundo en el año 0, sino mucho antes, entre el 7 antes de Cristo (a. C.) y el 4 a. C. Los evangelistas explican que el Galileo fue alumbrado en el reinado de Herodes y est rey murió en el año 4 a. C. ¿Por qué esta confusión de fechas? En el siglo VI, el monje Dionisio el Exiguo cambió el calendario por el que se calculaba la fecha de Pascua y fijó el año en que nació Jesús tomando como referencia el reinado de Herodes, aunque se equivocó en 4 o 7 siete años, según se comprobó con posterioridad.

Y lo más probable es que Jesús tampoco naciese en Belén, sino en Nazaret, sobrenombre que recibía el Galileo. Antonio Piñeiro, catedrático de Filología Griega de la Universidad Complutense de Madrid, mantiene la tesis de que los evangelistas situaron el nacimiento de Jesús en Belén para dar cumplimiento a la profecía contenida en el Antiguo Testamento en la que se dice que el mesías nacería en esta población. Ya no merece mucha atención, aunque algunos expertos siguen manteniendo esta polémica, la existencia histórica de Jesús, que cobró importancia en el siglo XIX a consecuencia del pensamiento racional y crítico (a veces extremista) inspirado por la Ilustración. A través de documentos históricos judíos y romanos, así como de otras pruebas indiciarias, ha quedado acreditado que en la Palestina de hace 2.000 años una persona llamada Jesús, al que algunos consideraban el mesías, propagó su mensaje.

Entonces, ¿de dónde viene la Navidad? La Iglesia tenía que escoger una fecha para celebrar el nacimiento del Salvador y se decidió por el 25 de diciembre, muy cercana a la festividad del Sol y que coincidía con el nacimiento del dios Mitra, una divinidad persa adoptada por los romanos. Que se usase como referente una fiesta pagana no es nada extraño. Hay que tener en cuenta que los padres primitivos de la Iglesia, con algunos apóstoles a la cabeza, venían del culto judío. Además, las primeras evangelizaciones tras la muerte de Jesús se realizaron en las riberas del Mediterráneo, en zonas como Egipto o Grecia, con creencias politeístas, es decir, en varios dioses. Necesariamente se creó una fusión de creencias y los primeros constructores de la primigenia Iglesia no eran ajenos a la misma. Por otro lado, algunos de los pasajes evangélicos y del Nuevo Testamento sobre la figura de Jesús contienen elementos y leyendas inspirados en otras culturas, como han demostrado diversos estudiosos.

Turismo religioso en Israel

Israel es el epicentro de toda una historia bíblica y religiosa, y el país mediterráneo ha sabido aprovechar sus raíces para atraer a millones de visitantes. Sólo la inestabilidad que provocan los conflictos religiosos y la disputas por la tierra evitan que Israel se convierta en un centro de peregrinación más potente, a pesar de que el país es muy seguro para todos los turistas.

Hace dos años, 2,9 millones de turistas visitaron Israel y el 26% de los mismos acudieron al país por motivos religiosos o de peregrinación, como reflejan las estadísticas del Central Bureau of Statistics (CBS). Por su lado, la Organización Mundial del Turismo (OMT) calcula que entre 300 y 330 millones de personas visitan los principales lugares religiosos del mundo cada año. No sólo Jerusalén, Belén o Nazaret, sino la Meca en el caso de los árabes, o el Vaticano, para los cristianos, supuesto lugar de fundación de la iglesia de Roma.

Israel no vive del turismo, pero es una industria que le aporta una buena porción de riqueza. El país mediterráneo es conocido por su tecnología punta en áreas como la seguridad y la informática. Sin embargo, las visitas de extranjeros dejaron en Israel 8.400 millones de euros en 2013, una cifra nada despreciable y en la que influye el turismo por cuestiones religiosas. Y es que el país conserva una ciudad como Jerusalén, “capital” de las tres religiones monoteístas más importantes.

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