EEUU y Cuba están a punto de dar un paso histórico con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el más que posible fin del embargo a la isla caribeña. Barack Obama, presidente de los EEUU, y Raúl Castro, presidente de Cuba y hermano de Fidel Castro, han anunciado que ambos países establecerán una legación diplomática en el territorio de cada uno y que permitirán los viajes de sus ciudadanos. De esta manera, el turismo norteamericano a la isla de Cuba puede crecer en los próximos años de forma exponencial, aunque es seguro que el gobierno de Castro impondrá límites y cupos. Hay que tener en cuenta que Cuba se encuentra a menos de 90 kilómetros de las costas estadounidenses (del estado de Florida, en concreto), lo que no supone más de una hora y media de vuelo.
Según los datos estadísticos de Cuba, más de 98.000 estadounidenses visitaron la isla en 2012, un 33,3% más que un año antes. Este crecimiento es efecto de la relajación en las condiciones de acceso al país, que se han venido produciendo en los últimos diez años y que han sido más intensas tras el acceso de Raúl Castro al poder en sustitución de su hermano Fidel. Además, el presidente cubano ha aprobado en los últimos años legislación que facilita la obtención de pasaportes a los cubanos para que viajen fuera de la isla y la creación de negocios relacionados en el turismo. Los nuevos lazos que se establecerán con los EEUU serán un acicate para la definitiva modernización del país, aunque está en duda que el gobierno Cubano se atreva a abandonar su política de intervencionismo en la economía y derivar hacia el capitalismo. También para la democratización de Cuba, el respeto a los derechos humanos y la excarcelación de los opositores políticos.
Los últimos datos del Banco Mundial cifran en 2,8 millones el número de turistas, de todas las nacionalidades, que recibió Cuba en 2012, un 12% más que un año antes. La isla caribeña siempre ha tenido un atractivo especial por su tipo de vida, la historia y la cultura cubana, incluso por encima de otros destinos del Caribe, como Jaimaica, Bermudas, las Islas Caimán… Y con este paso dado por ambos países, el turismo en Cuba se verá incrementado y supondrá una fuente de entrada de divisas y de riquieza económica que ayudará al país centroamericano, siempre que el gobierno de los Castro no lo impida. La Organización del Turismo del Caribe (CTO en sus siglas inglesas) calcula que 2,22 millones de visitantes han llegado a Cuba entre enero y septiembre de 2014, y sólo supera esta afluencia de turistas en la región la República Dominicana, con 4,2 millones de turistas entre enero y octubre. En lo que va de 2014, Cuba ha recibido cerca de 900.000 personas de Canadá; 530.000 de Europa; y 800.000 de otras regiones del mundo.
Cuba también es un destino apetitoso para las empresas españolas, sobre todo para las cadenas hoteleras y aerolíneas. Empresas como NH, Iberostar, Barceló o Meliá gestionan establecimientos en la isla del Caribe. Si las condiciones de viaje se relajan, el incremento de negocio para las mismas puede crecer, pero también la inversión para aprovechar inmuebles o construir nuevos hoteles en Cuba, lo que su vez generará empleo. El desafío del Gobierno será conseguir que se respete el medio ambiente y no se dé un boom constructivo como el ocurrido en la costa española durante los años sesenta del siglo pasado, con el que se dañaría la imagen del litoral y de zonas con especial protección. Las aerolíneas también verán más fatcible el incremento de vuelos: Iberia y Air Europa podrían ser las principales beneficiadas. Y por su lado, los turoperadores y agencias también verán un incremento en la demanda de paquetes vacacionales a Cuba.
En términos económicos, el turismo representa un 2,5% del PIB de Cuba, unos 60,47 millones de euros (74,56 millones de dólares), según un informe del World Travel Tourism Council (WTTC), un lobby internacional de empresas de turismo. La previsión es que el negocio turístico suponga un 2,9% del PIB cubano en 2024, pero tras el acuerdo de apertura es probable que estas cifras se incrementen en los próximos diez años. Asimismo, las actividades turísticas dan empleo directo a 115.000 personas en la isla (un 2,4% de toda la fuerza de trabajo), mientras que indirectamente ayuda a crear 440.000 trabajos en otras aéreas, como comercios, por ejemplo.
Por su lado, el levantamiento del embargo comercial, financiero y de bienes será una cuestión difícil, ya que depende del Congreso de los EEUU y no del presidente Obama. El embargo que se estableció en 1960 se formalizó posteriormente a través de una ley aprobada por el legislativo en 1992 y ampliada en 1996 y 1999. De esta manera, el Congreso estadounidense será el mismo que tendrá que derogar esta legislación. El asunto se complica más tras las elecciones celebradas el pasado noviembre, cuando los republicanos ampliaron su mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, controlando ambas cámaras legislativas. Algunos políticos republicanos ya han anunciado que no darán su visto bueno a la ley que levante el embargo cubano si los Castro no caminan hacia una democratización.
Breve historia de la relación entre EEUU y Cuba
La isla de Cuba fue una colonia española hasta 1898, producto del proceso de situación del continente americano en el mapa global tras los primeros viajes de Cristóbal Colón en el siglo XV, así como de los posteriores conquistadores hispanos. La debilidad política y espiritual de España llevó a EEUU a iniciar una guerra contra el país europeo en 1898, en la que EEUU machacó las aspiraciones colonialistas españolas. Como parte de las negociaciones de paz, el país norteamericano quería anexionarse Cuba, pero no le interesaba la deuda de más de 400 millones de dólares con que contaba la isla y pretendía que España se hiciese cargo de la misma. Ni que decir tiene que EEUU tenía intereses comerciales en Cuba. El acuerdo final contempló que los EEUU se harían cargo de la isla durante dos años, después el gobierno pasaría a manos de los propios cubanos y la deuda quedaría en manos de España.
Aunque en 1902 los cubanos asumieron su propio gobierno, la realidad es que EEUU había convertido a la isla en una colonia. El país norteamericano había ayudado a implantar unas estructuras de estado en Cuba, con polícía, educación, sanidad, etcétera, pero había aprovechado para establecer importantes industrias. Cuba se habia convertido en un productor de tabaco y azúcar, que después era exportado a los EEUU. También era un destino turístico para la clase adinerada estadounidense. Pero todo cambió con la victoria de Fidel Castro y Ernesto Guevara (más conocido como el Che) en la revolución cubana y el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista en enero de 1959. El acceso al poder de Castro, cuya revolución propugnaba la redistribución de la riqueza entre el pueblo y estaba muy cerca de los postulados comunistas, produjo las primeras tensiones con EEUU, que en un primer momento reconoció al gobierno revolucionario.
El roce definitivo que llevó al embargo sobre Cuba y a la actual política en torno a la isla fue la aprobación de la Ley de Reforma Agraria de Cuba en 1959. Esta norma permitió expropiar los grandes latifundios del país, que pertenecían en su mayoría a empresas estadounidenses. A cambio, el Gobierno cubano indemnizaba a los propietarios con un bono a 20 años y un interés superior al 4%. El Gobierno de EEUU, y sobre todo las empresas afectadas, no vieron con buenos ojos este intercambio y ello condujo al embargo y la ruptura de relaciones, que se haría más intensa tras el acercamiento de Cuba a la Unión Soviética y tras episodios como la invasión de Bahía Cochinos o la crisis de los misiles.
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