MADRID.- Dos turistas coreanos y un conductor egipcio han muerto en un atentado contra un autobús turístico que se ha producido en la Península del Sinaí (Egipto), según la agencia Reuters. Se trata de uno de los peores atentados contra intereses turísticos que se registra en el país del Norte de África, que aún mantiene una situación política turbulenta tras la caída del presidente Hosni Mubarak, el ascenso por elección popular de los Hermanos Musulmanes al poder y su posterior derrocamiento a través de un golpe militar.
Otras 24 personas han resultado heridas en el atentado, que se atribuye a un grupo inspirado por Al Qaeda, como sucede habitualmente cuando sucede un hecho similar en alguna región de Oriente Medio. Las fuerzas de seguridad egipcias han informado de que la detonación del explosivo se realizó fuera del autobús, pero en una posición muy cercana. La península del Sinaí es una de las regiones de egipto con mayor inestabilidad y foco de frecuentes ataques de grupos radicales y terroristas contra el Ejército y las fuerzas de seguridad allí instaladas. En lo que al plano turístico se refiere, el Sinaí, después de El Cairo y las pirámides, es uno de los principales atractivos egipcios, sobre todo para el turismo religioso. De hecho, el autobús turístico atacado se dirigía desde el monasterio de Santa Catalina, en el Sur del Sinaí, hasta la frontera con Israel al Norte.
Egipto ha pasado de ser uno de los destinos turístcos más punteros a ver como su sector turístico sufría las consecuencias de las movilizaciones ciudadanas que acabaron con la dictadura del expresidente Hosni Mubarak en 2011. Estos provocó inestabilidad en el país, lo que condujo a una reducción del flujo de turistas al mismo. Además, la población egipcia se polarizó a la hora de elegir al presidente de la nueva República, cargó que ocupó el islamista Mohammed Mursi, del partido de los Hermanos Musulmanes, perseguido por Mubarak durante su dictadura. Sin embargo, la aprobación de una constitución de corte islamista y la deriva política del gobierno hacia una legislación muy influida por las costumbres más conservadoras provocaron una serie de protestas sociales que en 2013 llevaron al Ejército a deponer, mediante un golpe de Estado, a Mubarak del poder, encarcelándole. Así, desde julio, el general Abdel Fattah al-Sisi ocupa la presidencia de Egipto. En 2014 se celebrarán nuevas elecciones presidenciales para devolver al pueblo el poder de elección y de regulación de la vida política.
En estos tres años de conflictos dentro de Egipto, consecuencia de la falta de oportunidades y pobreza social y moral que había provocado la larga dictadura de Mubarak, el turismo del país ha caído más de un tercio. En 2013 se había producido una recuperación y Egipto empezaba a despuntar de nuevo, según los datos de la Organización Mundial del Turismo, pero atentados como el del Sinaía pueden volver a espantar la leve recuperación que se venía produciendo.