Hoteles y pisos turísticos mantienen una guerra abierta por la regulación de estos últimos y la competencia que ejercen respecto al alojamiento tradicional. Hace pocas semanas, la Comunidad de Madrid publicó el decreto que dificulta hasta el extremo el uso de pisos turísticos por parte de turistas en la región. En el mismo, el Gobierno madrileño establece un mínimo de cinco noches para poder alojarse en estas viviendas, cuando la media de estancia de los turistas en la región es de tres noches. El decreto podría ser anulado por los tribunales si los propietarios de viviendas turísticas lo denuncian, ya que supone una desigualdad frente a los hoteles y apartamentos, que no tienen número mínimo de noches. Esta no ha sido la última batalla de la guerra, ya que la siguiente se está fraguando en Baleares.
La comunidad mediterránea se dispone a desarrollar su ley turística a través de un decreto en el que también se incluirá el alquiler de pisos. Aún no se conoce el texto concreto del decreto, que ya está ultimado, pero Jaime Martínez, consejero de Turismo y Deportes, ha explicado que no impide alquilar ningún piso ni vivienda turística con este fin. La norma intentará regular casi todo tipo de actividades turísticas, incluidas las fiestas en barcos (o party boat) que se han puesto tan de moda en los últimos años. La regulación que se haga del alquiler de pisos y viviendas en Baleares también será clave, ya que se trata de una región eminentemente turística.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Baleares es la comunidad que mayor número de turistas acoge en apartamentos durante el verano. En julio, 291.144 personas eligieron este tipo de establecimiento para pasar sus vacaciones, pasando más de dos millones de noches en total. El INE sólo contabiliza la oferta registrada, por lo que no se incluyen viviendas turísticas que no consten en el registro oficial. Por su lado, los hoteles son los que mayor número de pernoctaciones consiguen en Baleares, con más de 9,7 millones de noches en julio.
Hasta que no se publique el texto del decreto no se sabrá la posición en que quedan los pisos turísticos. En Madrid, el decreto se modificó en el último momento, ya que el articulado incluía la obligación de que las viviendas turísticas se reservasen por tres noches. Al final este límite se subió a un mínimo de cinco. La cuestión de fondo que late tras este enfrentamiento entre hoteleros y pisos turísticos es el auge de portales de intermediación (como Airbnb) que permiten comercializar esta oferta no regulada. El problema de los apartamentos y pisos particulares que se han alquilado con fines turísticos lleva existiendo desde hace años, pero ha sido en el último ejercicio cuando los hoteleros han exigido una regulación más contundente.
Por un lado diferente discurren las ideas de diversos reguladores. La Comisión Europea y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia se han mostrado contrarios a regular los portales de economía colaborativa. Cosa diferente es la cuestión de si la propia actividad de alquiler turístico de estas viviendas debe normalizarse y si deben exigirse unas calidades y condiciones de seguridad que hoy no se dan en la mayoría.
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