El Gobierno de Alemania, uno de los países europeos que mayor número de turistas envía a España, ha desaconsejado los viajes al país mediterráneo. Ello supone otro duro golpe para el negocio turístico español, que ha capeado la temporada de verano como ha podido.
Yaiza Castilla, responsable de Turismo de las Islas Canarias, ha reconocido que la decisión del Gobierno alemán de prohibir los viajes a toda España “supondrá una clara reducción del número de viajes a Canarias”, pero espera “volver a encarrilar la situación en las próximas cuatro semanas”, para lo cual considera imprescindible “reforzar las medidas restrictivas y los controles para frenar el índice de contagio, así como el compromiso de toda la población”.
Castilla ha hecho hincapié en la necesidad de implantar pruebas de PCR en origen y destino para considerar a las islas como destino seguro, algo en lo que coinciden los representantes de las patronales turísticas, que participan en el proyecto, junto a los principales turoperadores turísticos. Sebastian Ebel, CEO del turoperador TUI, el más importante de Europa, ha urgido a “reconducir esta situación antes de octubre” porque “Canarias es la única alternativa viable de sol y playa en este invierno para el mercado europeo”. Por su lado, Magnus Wikner, CEO de Nordic Leisure Travel Group, ha señalado que “no podemos perder la oportunidad de ser el único destino vacacional para esos ciudadanos que buscan un lugar de sol y playa para los próximos meses con estándares y servicios sanitarios europeos”. Asimismo, Ginés Martínez, CEO del touroperador italiano Jumbotours, explicó durante su charla en la Asamblea General Extraordinaria de Exceltur, celebrada en Palma de Mallorca el 3 de septiembre, que “si Canarias va bien, apostaremos por Canarias”, incluso fletando y rotando Boeing 787, aviones de largo recorrido. “La clave va a estar en generar confianza”.
Jorge Marichal, presidente de Ashotel, asociación hotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, ha señalado que “debemos en primer lugar controlar la curva de contagios y, una vez hecho esto, aplicar medidas muy concretas: controles sanitarios en los aeropuertos y confección de ERTE flexibles adaptados”. Susana Pérez, presidenta de la Federación Turística de Lanzarote, ha recalcado que a pesar de que “el Gobierno planteaba ya esos controles sanitarios en origen y destino para lograr la confianza de nuestros países emisores, seguimos sin conseguirlo, mientras vemos cómo Madeira o Chipre los implantan y logran corredores seguros con Reino Unido. Tenemos que colocarnos de nuevo en la parrilla de salida y para ello necesitamos controles sanitarios a los pasajeros”.
De acuerdo a los datos de las patronales regionales, el sector turístico genera el 60% del PIB canario (directo e indirecto) y el 40% del empleo en el archipiélago. Fuerteventura es, posiblemente, la isla más sensible a la caída turística porque el 70% del PIB de la isla depende de esta actividad. Todas las patronales canarias avisan de que “se corre el riesgo de que la tasa de paro alcance este invierno el 40%” si el sector no se recupera, algo muy complicado tras el veto alemán.
Por su parte, el Gobierno balear también ha anunciado que aumentará las restricciones en los barrios y municipios más afectados por la pandemia: confinamientos específicos que permitan la vida normal pero que contribuyan a frenar la transmisión comunitaria, limitación de los aforos en establecimientos públicos, aumento del número de pruebas diagnósticas, etc. “A corto plazo tenemos que volver a doblar la curva y a medio y largo, posicionarnos otra vez”, ha indicado el consejero de Modelo Económico, Turismo y Trabajo del Gobierno balear, Iago Neguerula, en la charla de Exceltur.
El objetivo es generar seguridad sanitaria en el viajero, algo en lo que han coincidido todos los participantes de la Asamblea del lobby turístico Exceltur. En su apertura, la presidenta de Islas Baleares, Francina Armengol, ha señalado que la suya es “la comunidad más golpeada por el COVID-19 desde el punto de vista económico”. Hoteleros como Abel Matutes, presidente y CEO del Grupo Palladium, o Carmen Riu, consejera delegada de RIU, han coincidido en que “vienen meses malos”, en palabras del primero, y que “para levantar el turismo tenemos que dar seguridad sanitaria”, en opinión de la segunda. Riu también ha abanderado la necesidad de dedicar los fondos europeos a la recuperación de los destinos maduros. Encarna Piñero, CEO del Grupo Piñero y del touroperador Soltour, ha avanzado que sus expectativas “son muy malas incluso para Navidades” y que su horizonte está “en la Semana Santa de 2021 y en que ese verano suponga un cambio de tendencia”.
Exceltur calcula que la demanda turística internacional ha caído un 75% y que más de 600.000 empleos están en peligro. Para Gabriel Escarrer, CEO de Meliá Hotels y presidente de Exceltur, la pandemia de Covid-19 “es el mayor reto de la historia del turismo español desde la Segunda Guerra Mundial”. Escarrer ha explicado al comienzo de la conferencia de Exceltur que ha encontrado “super receptiva” a las necesidades del sector a Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo. Como Vicepresidente ejecutivo y CEO de Meliá Hotels International, Escarrer respeta la decisión del Gobierno alemán “porque se fundamenta en criterios sanitarios” pero achaca gran parte de la culpa “al hecho de que España no ha gestionado bien la comunicación, y aunque en territorios insulares como Canarias o Baleares se han hecho grandes esfuerzos y nuestros clientes aseguran sentirse aquí más seguros que en sus países, la imagen de España que se ha proyectado no ha sabido inspirar la necesaria confianza”. Para el máximo ejecutivo de Meliá Hotels “se tendrían que haber ofrecido las cifras y la información que acreditan la buena gestión en estos destinos, la seguridad, y nuestro excelente sistema sanitario”. Escarrer también considera que “ha faltado una labor proactiva de información y de diplomacia por parte del Gobierno español, como parte de la ausencia de liderazgo demostrada”.
El impacto de la decisión “ha venido a incidir en la negativa temporada que ya estábamos viviendo y ciertamente influirá en que algunos cierres de hoteles de temporada se anticipen y que algunos que preveían abrir en Canarias no lo hagan”, ha explicado Gabriel Escarrer. El CEO de Meliá también ha destacado que “no esperábamos ganar dinero, pero sí perder menos dinero abriendo todos los hoteles que pudiéramos, para al mismo tiempo dinamizar los destinos y rescatar personas de la suspensión de empleo”. Por último, “la temporada habrá sido más corta de lo esperado y con una demanda inferior a la prevista, que ha sido en un 90% doméstica y ha caído significativamente a medida que los grandes mercados como Reino Unido y Alemania nos incluían en las ‘zonas de riesgo'”, refiere Escarrer.
El resto de grandes cadenas hoteleras españolas no ha realizado valoraciones sobre la decisión del Gobierno alemán de incluir toda España entre los territorios de riesgo para sus viajeros. Otra de las zonas afectadas por el veto alemán es la Comunidad Valenciana, que había registrado un repunte de visitantes alemanes en los dos últimos años y hasta donde viajó el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, el pasado mes de junio. La visita se interpretó entonces como “un signo de confianza” y “de credibilidad exterior”, en palabras de Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana. La patronal hotelera HOSBEC hace hincapié en que ha sido el turismo nacional el que ha liderado la ocupación durante los meses de julio y agosto (alrededor del 90% del total), pero registra los primeros descensos y prevé un otoño de incertidumbre. La consultora Mirai considera que “mientras duren las restricciones para los viajeros de Alemania, Reino Unido y los países nórdicos, haya poca conectividad aérea y no se controle la crisis sanitaria, el emisor internacional brillará por su ausencia” en el mercado español.