Cifras en el Día Mundial de los Océanos

El Teide, en Tenerife, bañado por el Océano Atlántico | Foto: David Fernández

Una dieta sana y equilibrada debe contener pescado. Sin embargo, cuando ingerimos este alimento no nos paramos a pensar de dónde procede y la incidencia que la actividad humana tiene en los océanos. La superficie terrestre está inundada en sus dos terceras partes por agua, un elemento vital para la existencia de vida en el planeta. Un informe de WWF, una ONG comprometida con la conservación del medio ambiente, explica que el valor de las actividades económicas que se aprovechan de los océanos llega a los 24 billones de dólares (21,20 billones de euros).

El informe, elaborado por Boston Consulting, también expone que el producto bruto marino (una magnitud para medir la riqueza que aportan los océanos) es de 2,5 billones de dólares anuales. Así que, si los océanos fuesen un país, estaría entre las siete primeras economía del mundo (el PIB de España es de 1,22 billones de dólares). Los datos vienen a raíz del Día Mundial de los Océanos, una conmemoración puesta en marcha por la Organización de Naciones Unidas (ONU) hace unos años para recordar la importancia de este medio vital para la supervivencia física y económica de los humanos.

“El océano está cambiando más rápido que en cualquier otro momento en decenas de millones de años”, explica el informe de WWF, que también señala un plan de acción de ocho puntos para evitar problemas que ponen en riesgo los ecosistemas marinos y, directamente, a la especie humana. Este plan se basa en la implicación gubernamental para la protección ecológica de los océanos, para evitar la acidificación de las aguas y el calentamiento, que se produce por la emisión de CO2. La involucración de las industrias pesqueras también es fundamental, así como el respeto que debe conseguirse por la fauna oceánica.

Otros datos que resultan muy interesantes y demuestran la importancia de mantener un océano sano es que los mares de la Tierra son responsables de producir la mitad del oxígeno que respiramos. Además, los océanos absorben el 30% del CO2 que emitimos a la atmósfera. Asimismo, el agua de la Tierra funciona como un sistema de control térmico.

Además, hay dos casos particulares de vegetación asociada a los océanos que producen riqueza en sus entornos. Por un lado, los manglares, responsables de proporcionar hasta 57.000 dólares por hectárea en aquellas regiones en que se encuentran estas extensiones de arbustos acostumbrados al agua salada. Sin embargo, la deforestación de estas especies es cinco veces más rápida que en los bosques normales. Gracias a los manglares, las comunidades que viven en zonas de costa aislada pueden tener alimento, agua potable, reducción de emisiones de carbono y protección frente a fenómenos de erosión.

Por otro lado se encuentra la gran barrera de coral, responsable de mantener 69.000 empleos cada año y generar una riqueza de 5.700 millones de dólares anuales. Las actividades turísticas y pesqueras relacionadas con la misma son las principales beneficiadas. Sin embargo, el calentamiento de las aguas y los fenómenos que esto provoca, como ciclones, ponen en serio riesgo la estabilidad de la misma.

Si se respetasen los océanos y se explotasen de una manera responsable, podría ayudar a minimizar el problema del hambre en el mundo. De hecho, cerca de 3.000 millones de personas consumen el 20% de la proteína animal gracias al pescado. En algunos países, la mitad de la proteína animal que se consume proviene de los peces. De ahí la importancia de respetar el ecosistema oceánico para asegurar que puede seguir produciendo sus bienes.

El informe es muy conservador en cuanto a los datos, ya que no ha tenido en cuenta, para valorar la riqueza económica de los océanos, las reservas de petróleo y gas que se pueden encontrar en los mismos, así como la energía que puede obtenerse de la fuerza marítima y de los vientos, entre otras magnitudes. Los océanos no sólo son pescados y corales, también son la garantía de supervivencia de la especie humana  y de las futuras generaciones.

Related posts

Salzburgo, ganas de disfrutar

Un juego para cualquier momento

Algunas de las ciudades más vanguardistas en España