Los trabajadores de plataformas digitales cobran menos del salario mínimo interprofesional y no cuentan con coberturas sanitarias. Son dos de las conclusiones que se extraen del informe “Las plataformas digitales y el futuro del trabajo”, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Aunque el estudio se sostiene sobre encuestas realizadas entre 3.500 trabajadores de plataformas dedicadas a la asignación de microtareas en todo el mundo, sirve para tener indicadores sobre las condiciones laborales en otras plataformas similares, como las de Uber, Cabify o Deliveroo.
Las plataformas de asignación de microtareas son portales webs o aplicaciones de móvil donde los trabajadores interesados se dan de alta para recibir propuestas sobre empleos concretos. Estas tareas pueden ir desde la moderación de comentarios en foros, la corrección de textos hasta pasear a perros o realizar arreglos en viviendas. Por estas tareas, el trabajador recibe una remuneración pactada. Ejemplos de estas plataformas son Amazon Mechanical Turk o Clickworker. También se incluyen en este tipo de portales las plataformas de Uber o Deliveroo. El informe de la OIT destaca que este tipo de trabajo no es nuevo, ya que se fundamenta en la externalización de servicios, pero la principal diferencia con el pasado es que Internet permite dirigirse a una masa más grande potenciales trabajadores y saltándose la legislación laboral.
El estudio de la OIT explica que la tarifa media por hora de las cinco plataformas estudiadas se sitúa en 4,43 dólares (3,90 euros), si sólo se tiene en cuenta el trabajo remunerado. Si también se valoran las actividades no remuneradas (como formación o contestar a cuestionarios), el salario medio por hora se queda en 3,31 dólares. Para hacerse una idea de lo que supone esta cantidad, el salario mínimo por hora en los EEUU es de 7,25 dólares (tarifa federal). Estos precios se ajustan al salario mínimo interprofesional de España, que por hora asciende a 3,75 euros.
Sin embargo, el informe detalla que el ingreso mediano horario (contando las horas remuneradas y las que no lo son) es de 2,16 dólares en estas plataformas. A diferencia de la media, en la que se toman en cuenta los valores más bajos y altos, produciendo distorsiones, la mediana indica el salario central entre los extremos. En este sentido, de los trabajadores alemanes que participaron en el estudio, sólo un 7% respondieron que la tarifa horaria que percibían superaba el salario mínimo alemán (8,84 euros).
La OIT realiza un perfil del trabajador de estas plataformas. El 32% de los encuestados indica que el empleo en estos portales es su fuente principal de ingresos. En el caso de los que tienen menos dependencia, los ingresos provenientes de las plataformas de microtareas suponen un tercio de sus ingresos totales. Otro apunte curioso es que la edad media de los trabajadores de estas webs es de 32 años y sólo el 30% son mujeres (el 20% en países en vías de desarrollo). Además, uno de cada tres trabajadores contaba con titulación universitaria y uno de cada cinco, con un máster. El 25% de los trabajadores restantes dispone de un certificado técnico.
En lo que se refiere a la cobertura sanitaria, sólo seis de cada diez encuestados disponían de seguro de salud. Y sólo un tercio cotizaba para tener pensión o plan de jubilación en el futuro. La mayoría de las personas que disponen de cobertura la tienen gracias a sus otros trabajos, a algún familiar o a los sistemas universales de sanidad de algunos países, como España. El informe concluye que aquellos trabajadores que se dedican a este tipo de trabajos tienen más posibilidades de carecer de protección social.
Por último, la OIT plantea 18 propuestas para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de este tipo de plataformas. La libertad sindical, la negociación colectiva, el salario mínimo en los países de residencia, la cobertura por la Seguridad Social, códigos de conducta claros o permitir el establecimiento de relaciones laborales con clientes fuera de la plataforma son algunas de ellas. En definitiva, una mayor regulación de este tipo de trabajos. Una tarea en la que los Gobiernos siempre van a la zaga.