El 23 de junio, los británicos podrían decidir desligarse de la Unión Europea. Es lo que se ha denominado Brexit. En realidad, Reino Unido ha mantenido una relación especial, y privilegiada con la Unión. El país ha conservado su propia moneda, la libra esterlina, debido a que es un centro financiero internacional y por las posibilidades que le ofrece de controlar su propia economía. El Gobierno del primer ministro David Cameron está haciendo campaña a favor del mantenimiento de Reino Unido en la UE, pero después de haber arrancado a la Comisión Europea algunas concesiones que han puesto en peligro la identidad política de Europa.
Además, Reino Unido es uno de los principales destinos turísticos de Europa, sobre todo por su capital, Londres. Según los datos de Visit Britain, el organismo oficial de turismo, la isla recibió 35,93 millones de visitantes extranjeros entre febrero de 2015 y enero de 2016, un 4% más que en el mismo periodo anterior. Estas visitas proporcionaron al Reino Unido 21.760 millones de libras de ingresos (27.320 millones de euros), un crecimiento plano con respecto al mismo periodo anterior. Por su lado, sólo en Londres aterrizaron 17,4 millones de turistas en 2014, un 3,5% más que un año antes, con un gasto total de 11.830 millones de libras, un 2,87% más.
¿Esta fuerza económica del turismo se puede ver afectada por el Brexit? El Gobierno de Cameron ha elaborado un documento en el que no se habla de que la economía turística de la isla se vea afectada. En realidad, los viajeros seguirán llegando a Reino Unido, aunque el país salga de la Unión. Su atractivo turístico y su poder financiero seguirán siendo sus dos grandes imanes. Los peligros, como reconoce el Gobierno, podrían venir para los ciudadanos británicos y, por extensión, para los países del continente europeo.
Libra más cara
Uno de los aspectos que los votantes deberán valorar es el impacto de la salida de la UE sobre la libra esterlina. Con probabilidad, la moneda británica encarecerá su cambio frente al euro, lo que aumentará los precios de determinados servicios dentro del país. Además, cuando los turistas británicos viajen a otros destinos europeos, el cambio más desfavorable hará que dispongan de menos euros para gastar en sus vacaciones. Es decir, si el cambio actual es de 1 euro por cada 79 peniques, el incremento de esta última magnitud dejará menos euros al cambio en los bolsillos de los turistas británicos.
Este último punto puede provocar un gran impacto económico en otros países de la UE, ya que los británicos, junto con los alemanes, son viajeros por excelencia fuera de su país. Por ejemplo, en España más del 20% de los turistas que llegan al país mediterráneo son británicos y aportan una cifra similar de ingresos turísticos cada año. Una apreciación de la libra frente al euro podría hacer que los turistas británicos viajasen menos a países de la Unión y se desplazasen a otros destinos mediterráneos, como Turquía o Egipto. Este último país ha iniciado una campaña para recuperar su posicionamiento turístico.
El problema de la libra también afectará al mercado interior británico. La economía del Reino Unido se basa fuertemente en los servicios, sobre todo los financieros. Una salida de la UE conllevaría la salida del mercado único europeo. Esto provocaría que Reino Unido tuviese que negociar acuerdos comerciales con la UE para la venta de sus productos, lo que encarecería los mismos y afectaría a la economía británica, pero también a la de Europa. Ahora mismo, los países de la Unión suponen el 44% de las exportaciones de Reino Unido. Sin embargo, sólo el 8% de las exportaciones que realizan otros países de la UE acaban en el mercado del Reino Unido, según datos del Gobierno.
Otras desventajas turísticas
Al pertenecer Reino Unido a la UE se puede beneficiar de una legislación común en el caso de las aerolíneas. Desde 1990 esto ha permitido que las tarifas de los vuelos, en un mercado común de bienes y servicios europeo, se hayan reducido en torno al 40%. El Gobierno también hace hincapié en el coste de las llamadas telefónicas desde cualquier país europeo al Reino Unido y recuerda que en 2017 el denominado roaming será abolido en toda la Unión, lo que reducirá aún más los precios.
Un aspecto muy valorado por los ciudadanos británicos es la atención sanitaria en países como España. Los costes reducidos e incluso la gratuidad en algunos países de la UE se podría ver eliminada si el Reino Unido sale de la Unión. Y esto también podría afectar al turismo sanitario, todavía muy incipiente en algunos países del arco mediterráneo, pero que ya empieza a dar sus primeros pasos.
Concesiones a Cameron
El Gobierno británico se vanagloria en su documento de las concesiones que ha arrancado a la Unión Europea para atemperar los ánimos de los más escépticos en Reino Unido. Así, el país no se unirá al euro y seguirá manteniendo su propia moneda. Este un aspecto importante porque permite al Reino Unido controlar su política monetaria, decidir cuánto dinero poner en circulación en el mercado internacional y qué valor le otorga, lo que tiene gran incidencia en la economía.
También se ha permitido a Reino Unido que siga manteniendo el control de sus fronteras y que no se integre en el espacio Schengen de libre circulación de ciudadanos europeos. Aun así, Reino Unido mantiene acuerdos con diferentes países europeos para facilitar la entrada de sus ciudadanos por motivos de ocio o trabajo.
Cameron también ha conseguido que la UE acepte restricciones al acceso de los ciudadanos comunitarios al sistema de Seguridad Social de Reino Unido. Habrá que ver si esta medida será recíproca en los países de la UE con respecto a ciudadanos británicos.
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