La actividad turística española puede registrar una pérdida de entre 70.000 y 80.000 millones de euros, según las previsiones de la consultora Simon-Kucher & Partners. Para realizar estas estimaciones, la empresa prevé una caída anual del 40% en los viajes nacionales, lo que significa una pérdida cercana a los 70 millones de viajeros españoles. A ellos suma el descenso de turistas internacionales que estima en el 50%, es decir, unos 45 millones de visitantes.
La consultora también señala al 1,1 millones de personas que se quedarían en en paro temporalmente por los efectos de la crisis económica que provocará el coronavirus Covid-19. Teniendo en cuenta todos estos indicadores, el impacto en el PIB nacional sería del 5,3%, afectando más a regiones como Canarias y Baleares, muy dependientes del turismo internacional.
Para realizar sus cálculos, Simon-Kucher & Partners ha supuesto que el confinamiento en España se prolongue hasta finales de mayo, que las medidas restrictivas de los mercados internacionales más próximos (norte de Europa) que llevan unas 2 semanas de retraso respecto a España sigan su curso y que la capacidad aérea se restablezca progresivamente a partir de junio.
No obstante, la consultora pronostica que el mercado nacional, que supuso el 68% del total del negocio turístico en 2019, es el que se va a recuperar más rápido y puede mitigar los efectos de la crisis. Se espera una recuperación en U para el mercado español y en U/L para los mercados internacionales. La firma prevé que en junio se verá un primer “brote verde” (muy pequeño) debido a viajes de necesidad a nivel nacional. En julio y, sobre todo, en agosto, el mercado nacional despertará con viajes a destinos de la península donde se pueda acceder de forma flexible y segura en coche (Baleares y Canarias tendrán que esperar un poco más).
La mayoría de estos viajes nacionales estarán relacionados con personas que van a pasar el verano a sus segundas residencias o apartamentos vacacionales, aunque las estancias serán más cortas que en años anteriores. El turismo nacional va a beneficiarse de una parte de la demanda de viajeros que normalmente se iban al extranjero de vacaciones y que este año van a preferir limitar los largos desplazamientos.
En los mercados internacionales habrá una recuperación mínima durante el verano en los más próximos y se centrará en clientes fidelizados que conocen un destino u hotel y que se sienten seguros viajando allí o que directamente tienen una segunda residencia en España. Los meses de septiembre y octubre mostrarán signos mucho más visibles de recuperación, con el mercado nacional mucho más tranquilo y prefiriendo el turismo doméstico al de largo radio, según la consultora. De cara a finales de año se percibirá una mayor demanda, también asociada a los eventos y conferencias que se han pospuesto durante estos meses.