Crece la inversión en empresas del turismo

Rentabilidad digital | Foto: Stevepb para Pixabay

Las empresas del sector turístico son un negocio apetecible para los inversores, sobre todo las compañías tecnológicas que se centran en la intermediación entre cliente final y algún eslabón de la cadena turística, como hoteles, apartamentos o aerolíneas. Un informe de Phocuswright estima que entre enero de 2016 y junio de 2017 se han invertido 29.000 millones de dólares en empresas turísticas.

La consultora, que presentará el estudio en septiembre, se ha basado en la información de 1.497 compañías y destaca que la cifra de inversión que se ha producido en los últimos dieciocho meses casi alcanza la invertida entre 2005 y 2015, que ascendió a 33.000 millones de dólares. Países como EEUU tienen un ecosistema inversor muy activo, donde no es difícil conseguir dinero si se cuenta con un plan de negocio adecuado y que ya esté dando resultados. Por otro lado, en la última década han surgido multitud de programas de asesoramiento a emprendedores, así como incubadoras y otros formatos que han facilitado las inversiones.

A pesar de estos números, Michael Coletta, director de Investigación e Innovación en Phocuswright, aclara que las grandes empresas del sector de los viajes se siguen llevando la mayor parte de la inversión, frente a las pequeñas compañías de reciente creación. Airbnb, Uber, Lyft o empresas similares son las que acaparan las grandes cifras.

En cualquier caso, desde la firma de estudios de mercado están convencidos de que nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, abrirán oportunidades para que se incremente la inversión en el sector de empresas turísticas y mayor número de jugadores tengan más oportunidades.

Las firmas que más dinero consiguen para llevar adelante sus planes son las que tienen algún componente tecnológico y que basan su modelo de negocio en la intermediación, por ejemplo aplicaciones para reservas de noches en hoteles. Es difícil ver el desembolso de grandes cantidades de efectivo en compañías más tradicionales del turismo, como hoteles, turoperadores o aerolíneas. No es de extrañar este apetito por el mundo online si se tiene en cuenta que las reservas de viajes a través de Internet supusieron 464.000 millones de dólares en 2015 y que todas las reservas de viajes (en empresas físicas y de Internet) alcanzarán los 1,3 billones de dólares en 2017.

Muchas de las empresas tradicionales cotizan en las bolsas de sus respectivos países, por lo que consiguen financiación extra a través de la compraventa de sus acciones, pero no hay inversores interesados en obtener un rendimiento de las mismas. El motivo es que los márgenes de beneficio que se consiguen en las compañías turísticas digitales, como Airbnb, son muy amplios, pudiendo alcanzar el 20%, lo que garantiza un retorno de la inversión elevado. Sin embargo, en las empresas más tradicionales, los márgenes son más estrechos y las rentabilidades menores.

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