MADRID.- Iberia ha presentado a los sindicatos su plan para despedir definitivamente a 3.807 personas de una plantilla de casi 20.000 empleados. Además, la compañía aérea lo hará aplicando la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy (PP), con 20 días de indemnización por año trabajado, con un tope de doce mensualidades. Tanto sindicatos como aerolínea han estado negociando desde noviembre de 2012, cuando los directivos de Iberia anunciaron que prescindirían de 4.500 empleados. El plazo terminó el pasado 31 de enero y no se llegó a un acuerdo, aunque la última propuesta de Iberia fue la de prescindir de 3.147 personas, a través de prejubilaciones y de despidos contemplados en el marco del ERE que se viene desarrollando en la aerolínea desde 2001.
Los sindicatos de los trabajadores de tierra, tirpulantes de cabina y handling no aceptaron las condiciones. Como consecuencia, además de que Iberia seguirá adelante con un plan con el que pretende salir de los números rojos (desde 2008 la aerolínea ha perdido más de 850 millones de euros), los sindicatos han convocado a sus trabajadores a huelgas de 24 horas durante 15 días, desde el 18 de febrero hasta marzo. El Gobierno no está nada contento con la actuación de sindicatos y de empresa. Sin embargo, en el Consejo de Administración de Iberia, donde se ha aprobado el plan de recorte de empleos, se sienta José Manuel Fernández Norniella, consejero designado por Bankia, entidad financiera controlada por el Estado. Es decir, que el Gobierno se sienta en el Consejo de Administración de Iberia y no se ha opuesto, púbicamente, al ERE que se pretende poner en marcha.
Desde el 14 de marzo
La intención de Iberia es aplicar el nuevo plan desde el 14 de marzo hasta el 31 de enero. Antes se abre un periodo de negociación con los sindicatos de 30 días para intentar limar asperezas, aunque no se espera ningún avance del mismo. El ajuste afectará a unos 313 pilotos y a más de 759 tripulantes de cabina. Sin embargo, la parte más numerosa de despidos se dará entre el personal de tierra, con un total de 2.735 efectivos, entre ellos 360 despidos solo en Barajas y 470 en el resto de aeropuertos, a los que se sumarán unos 531 empleos en mantenimiento, entre otros.
Por otro lado, también habrá despidos en carga, área que abandonarán 371 personas; junto con 389 bajas en la parte comercial; 47, al segmento corporativo; 152, al área financiera; 531, al mantenimiento, un total de 72 al departamento de Recursos Humanos; hasta 185, en la dirección de producción; y 158, en sistemas, según fuentes sindicales citadas por Europa Press.
El Gobierno, por medio
Desde el Ejecutivo de Rajoy empiezan a asumir las tesis sindicales de que British Airways quiere fagocitar a Iberia y hacerse con un papel destacado en la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas. La guerra política va por estos cauces, aunque la realidad de los números muestra a una Iberia con cifras rojas desde hace cinco años (entre enero y septiembre de 2012 había perdido 262 millones). La aerolínea necesita una reconversión, la cuestión a discutir es cuál es la estrategia. Desde Londres, sede de IAG, grupo al que pertenece Iberia junto con British Airways tras su fusión, la orden es tajante: volver a la rentabilidad. Para ello se recurrirá a los despidos, a la reducción de salarios (que podría llegar hasta un 25%), al aumento de productividad y al abandono de rutas deficitarias. A cambio, Iberia ha empezado a renovar su política comercial.
Ana Pastor, ministra de Fomento, ha comentado en un reciente evento del sector aéreo que España “no puede permitirse perder más de 10 millones de euros al día” con la huelga planteada por los sindicatos. Iberia calcula que cada día de huelga le cuesta 3 millones de euros, el resto de los costes enuciados por Pastor se refieren a los ingresos de turistas y al impacto sobre la marca España. El Sepla, que agrupa a la mayoría de pilotos españoles, también ha anunciado que apoyará a sus compañeros de tierra, TCP y handling en Iberia, pero a partir del mes de marzo. Es la primera vez que todos los sindicatos de la compañía se unen y una huelga de 24 horas podría provocar el caos en los vuelos de la firma española. A Pastor le corresponde dictaminar los servicios mínimos que deberán cumplirse.
Iberia recurre el segundo laudo de pilotos
Los pilotos también tienen motivos para quejarse. En marzo de 2012 Iberia puso en marcha Iberia Express, filial que debía operar los vuelos de corto y medio radio que sólo provocaban pérdidas en Iberia. La intención de la compañía era fijar unos costes, sobre todo salariales, que hiciesen a Express rentable. Tras varios dimes y diretes, con huelgas de por medio, el Gobierno obligó a un arbitraje. El primer laudo fue recurrido por Iberia, que ganó por un defecto de forma. Hace pocos meses, Jaime Montalvo, el árbitro designado, emitió su segundo laudo, en el que fijaba una escala salarial y un plan profesional para los pilotos. Iberia ha vuelto a recurrirlo ante la justicia, aunque ahora es menos claro que gane esta batalla.