MADRID.- La hostelería pasa por momentos cruciales. Según datos del Anuario Nielsen 2012, España ha perdido 12.000 establecimientos en los últimos tres años. Sin embargo, las cifras de Eurostat, la Oficina de Estadística Comunitaria, muestran que el 14,8% del presupuesto de los españoles se destinó a bares y restaurantes en 2009. Es decir, los españoles son, han sido y, a pesar de la crisis, serán los europeos que más presupuesto familiar destinan a comer y beber fuera de casa, seguidos por los irlandeses y los griegos.
Por eso, en esta coyuntura el hecho de que un establecimiento público tenga éxito es un auténtico reto, porque si bien muchos cierran, muchos otros, los mejores, se mantienen e incluso crecen, aprovechando aquella máxima china de que la “crisis” no es más que una “oportunidad”. Este es el caso de Cucut Biz and Bar, en Barcelona. Se trata de un delicioso bar de tapas, en el barcelonés barrio de Hostafrancs, justo detrás del mercado. Se reinauguró hace tres años, pero es un lugar con una gran solera, de esos que llevan ahí prácticamente toda la vida. De los que forman parte de la historia de todos los que viven en el barrio. Tanto es así que, durante la última remodelación, se descubrieron elementos originales, como los arcos y las bóvedas. Una joyita arquitectónica para los nostálgicos. Sin embargo, es un local que cambia su decoración cada dos meses, para dejar patente su carácter dinámico y actual.
Cucut Biz and Bar cuenta con una terraza, abierta todo el año, una sala de entrada con taburetes y un puñado de barriles a modo de coquetas mesas. Al fondo, un saloncito con cinco mesas. No dispone de cocina, pero el fuerte del local es su gastronomía, es decir, unas tapas variadas y divertidas, que son legendarias en el barrio. La clave está en la filosofía de sus dueños, que llevan su negocio como clientes, ofrecen lo que a ellos les gustaría que les ofrecieran: un horario ininterrumpido, buen ambiente, muy buena calidad y buenos precios, de los que permiten que no haya que privarse de nada.
Aunque, sin duda, lo bueno de un bar es lo que se ofrece de beber y de comer. Y en este punto, Cucut Biz and Bar se lleva los laureles, porque no sólo cuenta con una bodeguita de vinos y cavas a la que las palabras no harán justicia. Baste decir que de cuando en cuando organizan catas verticales para disfrutar del buen caldo a todos los niveles. Por su parte, la gastronomía es el reclamo perfecto. Y como muestra, un botón. De hecho, por las tardes, se ofrecen tapas de cortesía, para que todo el mundo esté al tanto de lo que se puede pedir. Gran idea, porque la terraza está solicitadísima y todo el mundo quiere sus torradas de pan payés con ibéricos, quesos, patés, etc.
Un surtido de quesos, “papas arrugás” con mojo picón y alioli, con almendras, pulgo gallego, callos, salmoncito ahumado, carpaccio de bacalao y la estrella, los serranitos, que son pimientos verdes rellenos de tortilla de patatas y jamón con alioli gratinado y virutas de jamón. Un lujo absoluto, de esos que se hubieran querido dar los reyes hace un par de siglos y que tenemos a nuestro alcance con sólo alzar la mano. Es una buena excusa para ir a Barcelona. Y una vez allí, sería imperdonable no visitarlo.
Nota: este contenido ha sido patrocinado por Cucut Biz and Bar.
2 comments
Os felicito por el artículo, y hay que reconocer que tiene toda la razón, su ambiente extraordinario, sus caldos (tanto vino como cava) muy buenos y sus tapas me encantan, y en estos momentos una cosa muy importante, sus precios. Seguid así.
Muy bien!, muy bueno el articulo, realmente dan ganas de ir a probarlo todo. Iré pronto.
Felicidades!
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