El sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) ha publicado un informe demoledor sobre el negocio de las plataformas de reparto a domicilio, ya sea de comida o de otros bienes. Empresas como Deliveroo o Uber Eats se ahorran millones de euros cada año en sueldos y cotizaciones sociales, empobrecen a los trabajadores y el trabajo. Pero el informe abre un debate sobre el fondo de la sociedad que queremos.
UGT estima que las plataformas de reparto (o delivery, como se las conoce en inglés) se ahorran 168 millones de euros cada año en España por los menores sueldos y las cotizaciones a la Seguridad Social que dejan de ingresar. El mecanismo es muy sencillo: sus repartidores (riders) no están contratados como empleados, sino que mantienen un contrato fraudulento como trabajadores autónomos económicamente dependientes (Trade). De esta manera, las empresas no tienen que pagar cotización a la Seguridad Social por estos riders, pues la abonan ellos mismos al ser autónomos, y les pueden pagar por debajo del salario mínimo interprofesional, ya que se simula un contrato de prestación de servicios.
Diferentes tribunales han determinado que estas prácticas son ilegales, aunque otros han sentenciado a favor de las plataformas de reparto. El Tribunal Supremo tendrá que decir la última palabra, si alguien se atreve a llegar a la máxima instancia judicial. Para nosotros está clara la dependencia de estos repartidores de sus empresas y que son ellas las que organizan el trabajo de estos empleados. Además, en un elevado porcentaje, estos trabajadores no mantienen relaciones laborales con otras empresas. Todo ello demuestra el carácter laboral de su relación con plataformas como Deliveroo, Uber o Glovo, y no de autónomos, como nos quieren hacer creer.
Por otro lado, el informe de UGT pone de relieve hacia dónde se dirige el mercado laboral y la sociedad en que vivimos. El consumidor debe ser consciente de que el uso de estas plataformas de delivery perjudica a sus trabajadores, fundamentalmente a los repartidores, pero también a la sociedad en conjunto. Primero, porque los derechos laborales de estos trabajadores (salario mínimo, vacaciones, bajas médicas pagadas, indemnizaciones por despido improcedente o por extinción de contrato, etcétera) desaparecen. Y si estas prácticas se asientan en el mercado laboral, no tardará en extenderse entre las empresas la idea de que este modelo de contratación es el que debe imperar. Así que, los siguientes que sufrirán estas consecuencias serán esos consumidores que hacen uso de Deliveroo, consumidores que también son trabajadores.
En segundo lugar, la utilización de estas plataformas significa menores cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. Son estas cotizaciones sociales las que pagan las pensiones de los jubilados actuales, es decir, sirven para mantener su nivel de vida y la actividad económica a través de su gasto. Cuantas menos cotizaciones entran en la tesorería de la Seguridad Social, más necesario será pagar las pensiones con impuestos que no se podrán dedicar a otros fines. Si el modelo de la contratación por falsos autónomos se extiende, el sistema de Seguridad Social está finiquitado. Nosotros abogamos por un cambio en el modelo de Seguridad Social para garantizar las pensiones a las generaciones futuras, porque el actual ya no da para más, pero de ninguna manera este cambio puede pasar por el escamoteo de estas cotizaciones para que se las ahorren multinacionales y, estos ahorros, engrosen los bolsillos de sus inversores.
Por último, los menores salarios de los riders, y los gastos que deben afrontar como autónomos, generan un trabajo precario, que a duras penas sirve para afrontar el creciente coste de la vida. Y ojo, es el tipo de trabajo al que aboca este modelo de contratación y esta tipología de negocio. En el consumidor generan la percepción de bajo coste, pero los precios baratos los acaba pagando alguien, casi siempre el empleado. La tendencia histórica en España, en la prestación de servicios, ha sido el abaratamiento de los gastos. Pero si se tiene en cuenta que en España el sector servicios supone el 70% del mercado de trabajo, ello implica que los salarios de la mayoría de trabajadores también son reducidos. Es un círculo vicioso. Bajos salarios implica baja renta disponible y menor capacidad de gasto. Todas estas consecuencias tiene el uso de plataformas como Glovo.