Frente a la crisis y la saturación que existe en el mercado de agencias de viajes, Halcón, la minorista de Globalia, ha decidido seguir creciendo a través de acuerdos de franquicia con otros grupos de agencias. El primero de ellos ha sido Viajes Gheisa. La estrategia de Juan José Hidalgo para no quedarse estancado en el fango de la recesión económica no está exenta de inteligencia, aunque también de peligros para el mercado.
Un ejemplo claro está en la propia Gheisa, que dejará de existir como marca y sus 37 puntos de venta empezarán a usar la imagen y los procesos de gestión de Halcón Viajes. Desde la compañía que dirige Fernando García se asegura que las agencias que se sumen a la iniciativa mantendrán su independencia. Aunque, eso sí, deberán utilizar la enseña de Halcón y pagar los respectivos cánones.
A cambio, en sus productos se incluirán los de la minorista y la mayorista Travelplan, de Globalia. Este paso supone ahondar más en la concentración del sector, algo que ya ponía de relieve el último barómetro de Amadeus, donde se señalaba que el 54,9% de las agencias conectadas a su GDS pertenecían a grandes grupos.
La concentración, en sí misma, no tiene porqué ser mala. Aunque bien es cierto que cuantos menos competidores existan en el mercado, mayor es la probabilidad de encontrar precios más elevados y menos competitivos.
Por otro lado, el movimiento de Hidalgo muestra la inteligencia que caracteriza las decisiones del empresario salmantino. Los ingresos de sus agencias Halcón se han visto afectados por la crisis, al reducirse un 15% en lo que va de año. A ello se suma que el número global de agencias en España se ha reducido en 1.000 durante el último año. Es decir, el futuro que se le abría a Halcón era el de una mengua de sus ingresos y beneficios.
Frente a esto, Hidalgo ha sacado pecho y, con la ayuda de Viajes Gheisa como impulsora, ha decidido no abrir más tiendas en propiedad, pero sí aprovecharse de las agencias que ya funcionan. Aquí está la clave, puesto que ni Halcón ni las asociadas tendrán que soportar gastos de apertura y de funcionamiento hasta alcanzar la rentabilidad del punto de venta. La firma de Hidalgo elegirá agencias rentables y que ya poseen un fondo de comercio (clientes) que se pueda explotar, lo que casi elimina la incertidumbre sobre su marcha de un plumazo.
Ahora, a las agencias interesadas les toca decidir. Desde luego, la oferta es un caramelo apetecible, ya que frente a la travesía por el mercado en solitario se propone un viaje bajo el paraguas de un grupo potente. A costa, claro, de la independencia empresarial.