El dato fue reproducido de forma acrítica por la mayoría de medios de comunicación españoles. Los turistas extranjeros que han visitado el país mediterráneo han gastado 77.625 millones de euros durante 2016, un 8,99% más. Pero no es verdad. O, al menos, no es totalmente verdad en el país de los records, de los 75 millones de turistas extranjeros.
De las cifras aportadas por Egatur, la encuesta de gasto turístico que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), se concluye que el gasto directo que los extranjeros han realizado en España se situó en los 45.531 millones de euros el año pasado. En esta cifra se incluye el gasto en alojamiento, manutención (comidas y restauración), actividades y otros gastos. Quedan fuera de esta magnitud los importes destinados por los turistas a sufragar el transporte internacional, que suele concretarse en la reserva de billetes de avión con aerolíneas extranjeras que no dejan ninguna riqueza en España. No obstante, en esta partida, el INE también incluye los costes de alquileres de coches, autobuses, taxis, trenes, gasolina y peajes, que sí tienen una incidencia en la economía española. Sin embargo, como el instituto no desglosa con detalle la procedencia de cada gasto, es muy difícil saber cuál se ha realizado en el país de origen del turista y cuál en España.
Otra fuente para saber cuál ha sido el impacto económico del turismo extranjero son los datos de la balanza de pagos del Banco de España, que muestran unos ingresos por turismo de 54.530 millones de euros en todo 2016, un 7,15% más que en el ejercicio anterior, pero muy alejados de la cifra de más de 77.000 millones que ofrece la encuesta del INE.
Entre ambas cifras, las ofrecidas por el INE y las del Banco de España, hay una horquilla de 8.999 millones de euros, que puede estar justificada por los gastos que no desagrega el instituto estadístico: transportes dentro de España y combustible, así como las actividades incluidas en los paquetes turísticos (transporte, alojamiento, comidas, bebidas y actividades de ocio), algunas de las cuales se originan en el destino al que llega el turista.
La diferencia entre ambos datos muestra la inconsistencia del sistema estadístico español en lo que se refiere al turismo, una actividad económica que genera más del 11% de la riqueza española, pero que no se mide con exactitud. Los números también son consecuencia de las diferentes formas de medir que usa cada organismo. El INE obtiene sus datos de una encuesta que realiza a un conjunto de turistas, es decir, las cifras del INE son una proyección de una muestra pequeña para todo el conjunto de turistas internacionales que arribaron a España. Por su lado, el Banco de España cuenta con mayor exactitud los ingresos por turismo para la economía nacional, usando fuentes como declaraciones de las transacciones realizadas o administrativas, en especial de la Agencia Tributaria.
Rentabilidad del turista
Aunque los datos anteriores difieren, sólo sirven como indicador para conocer la evolución de los ingresos de los turistas o de los gastos en que incurren en el destino. Sin embargo, uno de los elementos más relevantes para conocer la rentabilidad del turista que visita España es el ingreso medio que deja en el país. Si realizamos la proporción entre los datos del Banco de España y el número de turistas que han visitado España en los últimos años, los datos son elocuentes: el ingreso medio por turista en 2012 fue de 787,81 euros; en 2013, 777,25 euros; en 2014, 754,70 euros; en 2015, 746,56 euros; y en 2016, 721,68 euros. En cuatro años, el ingreso que deja cada turista en la economía española ha descendido un 8,4%.
El país mediterráneo ha conseguido atraer a 75 millones de turistas en 2016, un 10% más que en el año previo, pero el detalle de las cifras muestra las debilidades del destino. Como vienen advirtiendo expertos del sector turístico desde hace años, el turista que llega a España gasta cada vez menos. Y pasan menos noches de media en los hoteles, un 2,2% menos, según datos del INE referentes a enero. A ello se suma que un porcentaje alto de los extranjeros que han visitado el país en 2016 lo han hecho movidos por la inestabilidad política e inseguridad de destinos competidores, como Turquía, Egipto o Túnez. Y, en tercer lugar, España está a merced de los grandes grupos de turoperación europeos, que redirigen flujos de millones de turistas al país del Sur de Europa, en especial Thomas Cook (Reino Unido) y TUI (Alemania). Estos turistas suelen viajar con un paquete cerrado en el que se incluyen todos sus costes y no realizan gasto en los destinos.