MADRID.- ¿Por qué algunas aerolíneas incumplen sistemáticamente la ley, poniendo en ocasiones la seguridad de sus pasajeros en juego? La respuesta es que les sale barato con el actual esquema de infracciones y sanciones. Es el caso de Ryanair, que ha ocupado portadas de diversos medios en las últimas semanas por tres aterrizajes con poco combustible o la despresurización de la cabina de pasajeros. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, ha contabilizado 1.201 incidentes en los primeros seis meses del año, mientras que la aerolínea irlandesa acumula multas por 2,3 millones desde 2007, según una información del periódico El Mundo.
La low cost irlandesa ingresó en su ejercicio fiscal 2011-2012 (que cierra el 31 de marzo) 4.325 millones de euros, un 19% más que en año precedente. Además, sus beneficios se situaron en 503 millones de euros, un 25% más. En un contexto de alzas del precio del combustible, este beneficio, con un crecimiento mayor que los propios ingresos, sólo se consigue ajustando mucho los costes. Además, la aerolínea ha transportado en su último año un total de 76 millones de pasajeros, un 5% más.
Con estos resultados, las multas que se impongan a la aerolínea son calderilla. La Ley de Seguridad Aérea española prevé sanciones máximas de 4,5 millones de euros y en casos muy graves. Sólo si se obtienen beneficios económicos de forma manifiesta con prácticas ilegales, la ley habilita para aumentar esta cantidad de forma propocional. Por eso, Ryanair puede estar tranquila, ya que la máxima multa sólo supondría detraer un 0,9% de su beneficio. Además, la sanción no sería inmediata, ya que antes se debe dar un proceso en el que la aerolínea puede alegar lo que crea conveniente, se debe instruir un expediente y puede recurrirse por vía judicial. Por su lado, las comunidades autónomas con competencias de consumo también sancionan a la aerolínea presidida por Michael O’Leary, pero las cantidades no superan en la mayoría de las veces los cientos de miles de euros.
Para compañías de reducido tamaño o que operan en el mercado local, estas cantidades pueden significar su cierre o poner en peligro su existencia. Pero para los grandes operadores con cientos de millones de beneficio y millones de pasajeros transportados, las sanciones apenas significan un pequeño impacto en su cuenta de resultados.
Así, mientras la administración intentase sancionar posibles prácticas inseguras e ilegales, la máquina de hacer dinero que es Ryanair seguiría funcionando. En una comparecencia ante los medios, Ana Pastor, ministra de Fomento, ha reconocido la impotencia del Gobierno, con el actual marco legal, para retirar la licencia de vuelo a aerolíneas extranjeras que supongan un peligro para la seguridad. Es cada país el que debe gestionar las licencias de las compañías nacionales y, aunque Fomento puede pedir a un estado miembro de la Unión Europea que retire la licencia a un operador con causas justificadas, su Gobierno no está obligado a ello.
2 comments
Comments are closed.
Add Comment