Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía, ha aprobado un decreto el 10 de julio para que Hagia Sophia adquiera el carácter de mezquita y se puedan realizar rezos musulmanes en su interior. En un tuit de su cuenta, Erdoğan ha publicado un vídeo de la basílica más famosa de Estambul y ha incluido el texto “La resurrección de Hagia Sophia”. El monumento, que ha sido catedral, mezquita y, desde el primer tercio del siglo XX, un museo secular, está declarado como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. La medida de Erdoğan ha sido criticada en el mundo cultural y también político de Europa.
Hagia Sophia, también conocida como Santa Sofía, es uno de los monumentos que ver en Estambul y se trata de uno de los lugares más demandados de Turquía, pues recibe 3,7 millones de visitantes anuales. La decisión del presidente turco se ha producido minutos después de que un tribunal revocase la catalogación de Santa Sofía como museo. La basílica-mezquita es un símbolo de la Turquía moderna y secular, que nació tras la revolución de Mustafa Kemal a principios del siglo XX, en plena descomposición del Imperio Otomano, y que convirtió a Turquía en una república sin religión oficial. Santa Sofía ha sido un lugar disputado históricamente por cristianos y musulmanes en las guerras que mantuvieron durante la Edad Media y parte de la Edad Moderna en lo que hoy es Turquía. El cambio de estatus de Santa Sofía no afecta a la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la península donde se halla y en la que también se encuentra el Palacio de Topkapi, las ruinas de un hipódromo y la mezquita del Sultán Ahmed o Mezquita Azul.
El decreto de Erdoğan, del partido gobernante AKP, se ha interpretado como un paso más en su estrategia para insertar la religión musulmana en la vida pública de Turquía. El 99% de la población turca profesa la religión musulmana, aunque en el país hay minorías cristianas ortodoxas griegas, armenias, católicas y judías. Los analistas políticos consideran que este movimiento del presidente está influido por su pérdida de popularidad tras 18 años en el poder y también le sirve para dar satisfacción a las bases más nacionalistas y religiosas de su partido.
Construida antes del Islam
Hagia Sophia se construyó en el siglo VI, antes de la aparición oficial de la religión islámica, como una catedral y es uno de los ejemplos más característicos de la arquitectura y el arte bizantino cristiano. La catedral operó como tal durante mil años, hasta que los musulmanes conquistaron Estambul (entonces denominada Constantinopla), que era sede de la Iglesia ortodoxa cristiana, tras su escisión del catolicismo romano. Después de la conquista musulmana de Estambul, Santa Sofía pasó a ser mezquita como símbolo del poder musulmán. Y así se mantuvo hasta la década de 1930, cuando la revolución turca de Mustafa Kemal finiquitó el Imperio Otomano, convirtió Turquía en una república secular y decidió que Santa Sofía se transformase en un museo abierto a todas las confesiones por su valor artístico.
Además, Hagia Sophia es un ejemplo histórico evidente de la convivencia y el respeto generalizado que las religiones han profesado a las manifestaciones culturales de otras creencias. Durante siglos, los musulmanes han conservado las pinturas bizantinas de Santa Sofía (algunas representan a la Sagrada Familia), a pesar de que esta religión prohíbe el dibujo de santos o dioses. Uno de los temores de los expertos patrimoniales y culturales es que las ramas más extremistas de la religión musulmana presionen para que estas pinturas sean tapadas o destruidas.
Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, ha rechazado en un comunicado la decisión adoptada por Erdoğan de cambiar el estatus de Hagia Sophia “sin discusión previa”. Azoulay ha explicado que “Hagia Sophia es una pieza maestra de la arquitectura y un testimonio único de las interacciones entre Europa y Asia a lo largo de los siglos”. Para la directora de la UNESCO, el carácter de museo de Santa Sofía “refleja la naturaleza universal de su patrimonio y la convierte en un poderoso símbolo para el diálogo”. La UNESCO recuerda que los estados que disponen de este tipo de patrimonio tienen la obligación de garantizar que las modificaciones que se produzca en ellos no afectarán a las características por las que se declararon Patrimonio Mundial de la Humanidad. Además, cualquier modificación debe ser comunicada con antelación a la UNESCO para que valore qué afectación tendrá sobre el monumento.
Decisión soberana de Turquía
Por su lado, Erdoğan ha defendido su decisión argumentando que este cambio es un derecho de Turquía y que responde al deseo de muchos turcos. Asimismo, el presidente ha explicado que la medida de convertir en museo Hagia Sophia en la década de 1930 fue ilegal y que, en cualquier caso, el monumento seguirá abierto a musulmanes y no musulmanes. La entrada a Santa Sofía será gratuita y los primeros rezos bajo la religión musulmana se iniciarán el 24 de julio.
La revocación de la categoría de museo de Santa Sofía se ha producido tras cuatro años de campaña de una asociación cultural que ha presentado diversas demandas en los tribunales para que varios monumentos e iglesias bizantinas vuelvan a considerarse como mezquitas, según informa el diario The New York Times. Hagia Sophia es el cuarto monumento que retorna a su condición de mezquita y en noviembre ya sucedió lo mismo con la iglesia del monasterio de Chora en Estambul.
El Gobierno griego, que se considera depositario de la historia del Imperio Bizantino y de la religión ortodoxa, ha criticado duramente la medida de Erdoğan. El país europeo, vecino de Turquía, ha manifestado que con esta decisión Erdoğan aísla culturalmente al país. Desde hace años, Grecia y Turquía mantienen un contencioso, nunca resuelto, por la isla de Chipre, dividida en dos mitades, una turca y otra grecochipriota.
Ibrahim Kalin, un portavoz del presidente turco citado por The New York Times, ha explicado que Santa Sofía funcionará como mezquita y que estará abierto a visitas de la misma forma en que lo está la catedral de Notre Dame y la basílica del Sagrado Corazón de París.