Espigas para definir la calidad de las casas rurales de Cataluña

MADRID.- Cataluña ha presentado sus sistema de espigas para medir la calidad de los alojamientos rurales de la región. Marían Muro, directora general de Turismo de la Generalitat catalana, ha explicado que 498 establecimientos rurales de los 2025 inscritos en la comunidad autónoma se han adherido voluntariamente a este método para dar a conocer al cliente, de forma rápida, la calidad del alojamiento. Las espigas pretenden imitar al sistema de estrellas que usan los hoteles, pero trasladado al negocio de las casas rurales. La Dirección General de Turismo ha elaborado una guía con los alojamientos adscritos a la que se puede acceder en su web.

La categorización va de una a cinco espigas, que representan las cinco categorías posibles en las que se pueden englobar los alojamientos rurales: básica, confort, gran confort, superior y superior premium.

El proyecto es fruto del trabajo conjunto entre la Dirección General de Turismo,y Concatur y Turalcat, dos de las entidades más representativas del turismo rural catalán. El proceso de categorización se inicia en el propio establecimiento, que realiza una autovaloración del mismo mediante unos cuestionarios predefinidos. Dicha valoración es verificada posteriormente por la Dirección General de Turismo, que otorga finalmente la categoría al establecimiento.

Los criterios utilizados para clasificar los establecimientos son la belleza del entorno, la calidad de la edificación, las estancias interiores, los equipamientos exteriores (piscina, barbacoa, juegos infantiles, etcétera), el mobiliario y la dotación de la casa, las condiciones de comercialización, los medios de pago y los servicios ofrecidos al visitante, desde el servicio de restauración hasta la oferta de actividades que se puede realizar en el entorno. A partir de la aplicación de estos criterios se fija el número de espigas y la pertenencia a una u otra categoría.

Asimismo, también se tienen en cuenta una serie de principios y valores, como son la sostenibilidad económica y ambiental, el turismo al servicio de la comunidad, la preservación y profundización en la identidad cultural, la consolidación de una oferta que aporta singularidad y diferenciación al territorio y el equilibrio territorial.

Claridad para el viajero

El sector del turismo rural viene reclamando desde hace años un sistema de clasificación único para toda España. Este es un tema que depende de las comunidades autónomas, que tienen las competencias de turismo transferidas, por lo que cada una de ellas puede establecer las normas que crean oportunas para clasificar los alojamientos. Con esto se provoca una multiplicidad de legislaciones y de sistemas de clasificación que no son homogéneos y perjudican al cliente, que no cuenta con un mismos sistema para saber la calidad del alojamiento rural, como si ocurre con los hoteles, por ejemplo.

Con las espigas, la Generalitat quiere garantizar una promoción eficaz del turismo rural fundamentado en la diferenciación. También se pretende facilitar la identificación del producto por parte del usuario, captando mercados incipientes y potenciales, como pueden ser el turismo del conjunto de España y el extranjero de proximidad (Francia, Alemania, Italia o Reino Unido).

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