La política turística española es paradójica. A medida que España gana más turistas extranjeros (75,58 millones en 2016, un 10,3% más), el Gobierno de turno dedica menos dinero a las iniciativas que deben consolidar estos números.
El Gobierno no es transparente ni congruente en la información que facilita sobre su política turística al Congreso de los Diputados en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado.
El proyecto de presupuesto para el Ministerio de Turismo español es continuista con los anteriores y destina cantidades ínfimas al cambio del modelo de sol y playa por otro que rentabilice el atactivo cultural y natural del país.
Los resultados económicos de Paradores, la cadena de hoteles públicos españoles, mejoran, pero no salen de las pérdidas. La dependencia del turista nacional y su política de precios lastran sus cuentas.
Aunque el presupuesto global del Ministerio de Fomento disminuye para 2015, los capítulos dedicados a subvencionar determinados tipos de transporte, como el ferroviario o el aéreo, crecen rompiendo la tendencia.
El Gobierno destina 221 millones de euros a préstamos para empresas turísticas, un 68% del presupuesto total para turismo en 2015. Mientras, la rehabilitación de destinos anticuados se descuida, aunque el Gobierno prevé un fondo de 200 millones.
El Gobierno arrancó su mandanto asegurando que el turismo sería una cuestión de Estado. Dos años después, el presupuesto dedicado a estas políticas se ha reducido un 28,35%. En 2014 se destinarán 313 millones a políticas turísticas para España.
A la espera de conocer cuál será el gasto en políticas de turismo para España en 2014, el Gobierno prevé menos gasto y una tasa de paro elevada para un año de leve crecimiento económico.
En el trámite de paso de los Presupuestos Generales de Estado para 2013 por el Senado, Isabel Borrego, secretaria de Estado de Turismo, ha desgranado algunas de las cifras del departamento que dirige. Al mercado nacional, el 50% del negocio, se destinarán 1,63 millones.
Los Gobiernos que se han sucedido desde 2011 han recortado más de la mitad el presupuesto público destinado a políticas turísticas. El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha asegurado que el turismo es una política de Estado.