MADRID.- La Comisión Europea (CE) pretende potenciar el turismo de sol y playa en toda la Unión, uno de los principales atractivos de España y de otros países europeos, como Grecia, Francia o Italia, por ejemplo. Según la CE, el turismo de sol y playa da empleo a 3,2 millones de personas en todo el continente. La Comisión ha elaborado una estrategia con 14 puntos con los que quiere ayudar a las regiones costeras y a sus negocios y empresas a hacer frente a los retos que tienen por delante. El 10 de marzo se debatirá la estrategia en Atenas (Grecia) y, en los próximos meses, se pondrán en práctica medidas específicas, probablemente después de las elecciones al Parlamento europeo de mayo.
Entre las medidas propuestas se encuentra la puesta en marcha de una cooperación y diálogo más estrechos entre todos los interesados del sector turístico costero, impulsar las asociaciones público-privadas, promover la innovación y las cualificaciones que requiere el sector, fomentar el ecoturismo y crear en el tema de las oportunidades de financiación una guía en línea que ayude a atraer las inversiones necesarias.
En países como España se ha hecho poco por modernizar y cualificar la oferta de sol y playa, que sigue funcionando con modelos similares a los de hace 40 años. El plan de la Comisión no dará respuesta directa a estos desafíos, pero sí que se centrará en paliar las carencias en materia de datos y conocimientos, la volatilidad y la fuerte estacionalidad de la demanda, la falta de innovación y de cualificaciones adecuadas y las dificultades de acceso a la financiación.
El turismo de sol y playa no sólo son hoteles y largos espacios para bañarse, también incluye actividades náuticas, de cruceros y de navegación. Por ello supone una fuente de negocio y riqueza de los municipios y regiones costeras de Europa. A parte del empleo que ayuda a generar, este sector aporta 180.000 millones de euros en valor añadido bruto a la economía de la Unión Europea. Según los últimos datos, en 2012 visitaron Europa 534 millones de turistas (es la región del mundo con más llegadas, según la Organización Mundial del Turismo) que dejaron unos ingresos de 356.000 millones de euros.