Fitur finalizó y parece que la hecatombe que se preveía no ha sido para tanto. Sí, es verdad que había algún pabellón en el que sobraba bastante espacio y que el primer día la afluencia de visitantes era más baja de lo normal (o al menos eso parecía a simple vista). Sin embargo, Luis Eduardo Cortés, presidente del Comité Ejecutivo de Ifema, ha señalado que la caída de visitantes ha sido del 10% con respecto a 2008. Es decir, 225.000 personas se han paseado este año por los 14 pabellones que estaban ocupados por empresas, países y regiones.
Además, entre los profesionales extranjeros sólo ha habido una merma del 5%. Las cifras son lo que son y también hay que recordar que se ocupó un 7% menos de superficie expositora. No obstante, muchos de los responsables turísticos y ejecutivos con los que pudimos hablar nos reconocieron que este año triunfará la escapada frente al derroche y que lo “bueno si breve…”. Vamos: que el año empieza, se han hecho negocios, pero se mira con cautela y precaución los próximos once meses en los que se prevé que el consumo caiga aún más.
Por otro lado, queremos llamar la atención sobre el papel de las comunidades autónomas y las administraciones en esta feria. Sí, hay que fomentar el turismo, pero ejemplos como los del stand de Andalucía, que ocupaba prácticamente un pabellón entero, nos parecen desproporcionados. Se nota que el dinero para sufragar este derroche sale de las arcas públicas. Si fuese una empresa privada, se miraría más el precio del metro cuadrado. Al final, los interesados, profesionales e informadores, hemos vuelto a asistir a una “hoguera de las vanidades” de la que esperamos se obtenga algún rédito.