MADRID.- El conflicto que se vive en Iberia entre la dirección de la compañía aérea y sus trabajadores, representados por los sindicatos, no se parece en nada a los de anteriores ocasiones. Ninguna de las partes quiere perder la batalla del cliente, que será el perjudicado final de la marcha de las negociaciones para aplicar el plan de reestructuración en la compañía.
Por ejemplo, Antonio Vázquez, presidente de Iberia y de IAG, el conglomerado financiero en el que se agrupa junto con British Airways, ha enviado una carta a los clientes en la que manifiesta que la compañía vive “una situación especialmente crítica”. Vázquez asegura en la misiva que “Iberia tiene unos costes fuera de mercado”, que se han visto agravados por “la crisis económica española y la escalada global de precios de combustible”. Además, el presidente de Iberia también informa de que la aerolínea ha registrado pérdidas por valor de casi 900 millones de euros en los últimos cuatro años.
Sobre el plan que ha presentado Iberia, Vázquez explica que “exige sacrificios como son la reducción de empleo y de salarios”, aunque a renglón seguido manifiesta que “también supone una apuesta por el futuro, con una inversión multimillonaria en los próximos años en flota, en producto, en instalaciones y en mejorar los servicios a nuestros clientes”. Además, Vázquez no deja títere con cabeza en los sindicatos: “la respuesta sindical a este plan de viabilidad y futuro ha sido una negativa rotunda a sentarse en la mesa de negociación”. Algo “incomprensible” para el presidente de Iberia, quien señala que la intención de la compañía es “llegar a una solución negociada que garantice el futuro, que es el futuro de todos, y salvar el máxino número posible de puestos de trabajo”. Y Vázquez añade: “la respuesta inicial de los sindicatos ha sido convocar varias jornadas de huelga sin asumir que una huelga siempre debe ser la última opción en un proceso de negociación que ni tan siquiera han estado dispuestos a empezar”. Además de la carta a los clientes, Rafael Sánchez-Lozano, consejero delegado de Iberia, ha realizado una ronda de entrevistas en los principales diarios generalistas y ha acudido a Televisión Española en los últimos días.
Por su lado, los sindicatos también son muy conscientes de la importancia del ganarse al cliente, máxime ante los paros que han convocado desde el 14 al 21 de diciembre. Todos los representantes de los trabajadores de Iberia han comparecido ante los medios para dar su versión de lo que pretende la compañía con el plan de reestructuración. De momento, los pilotos no se suman a las huelgas, aunque la apoyan, ya que están esperando un nuevo laudo por el conflicto con Iberia Express. Para los sindicatos, British Airways pretende desmantelar Iberia y hacerse con las rutas de largo recorrido más apetitosas, así como de la T4 del Aeropuerto de Barajas, hoy copado por Iberia. En la compañía española sus directivos lo niegan tajantemente y hablan de que este plan se ha ideado para que la aerolínea sobreviva y crezca. Para que tenga futuro.
En cualquier caso, en medio se encuentra el cliente, que recibe informaciones contradictorias por parte de ambas partes y que se verá afectado por una huelga a mediados de dciembre. Posiblemente no sea la última, ya que el proceso de negociación se extenderá hasta finales de enero y, si no hay acuerdo, Iberia tomará sus decisiones unilaterlamente, lo que puede desembocar en más conflictos durante 2013.
A la ecuación, que ya es suficientemente complicada, hay que sumar la posición de Ana Pastor, ministra de Fomento, y José Manuel Soria, ministro de Turismo, que no ven con buenos ojos el plan de despidos de Iberia y presionan a la aerolínea para que modere su futuro ERE.
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