El pasado 4 de septiembre, la empresa francesa Guest to Guest, dedicada al intercambio de casas, compró a su competidor Knok en España por una cantidad no revelada. Guest to Guest es una de las compañías internacionales más relevantes en el negocio del intercambio de casas y fue el portal que absorbió a la estadounidense Home Exchange, la marca que más sonaba en este sector.
La compra de Knok ha aportado 90.000 casas a la oferta de Guest to Guest, que ya alcanza las 400.000 viviendas en 180 países, según datos de la compañía. Juanjo Rodríguez, uno de los fundadores de Knok y principal cabeza visible, no seguirá al frente de esta empresa, cuya marca existirá hasta que los ejecutivos de Guest to Guest decidan qué hacer con ella.
El movimiento de Guest to Guest muestra el dinamismo delnegocio de intercambio de casas y la consolidación que se está produciendo enel mismo, a la sombra de los gigantes que más suenan, como Airbnb. Y es que nose debe confundir la actividad de ambas empresas. Airbnb se dedica a intermediaren el alquiler de apartamentos o pisos turísticos (viviendas de particulares).Por su lado, el negocio de Guest to Guest es intermediar en el intercambio decasas. Es decir, los usuarios de este portal ofrecen su vivienda para que otros particulares pasen sus vacaciones en ella a cambio de que los primeros puedan vacacionar en la de otros socios de la plataforma. Se produce de esta manera un intercambio de casas que no conlleva una transacción monetaria.
Al no haber transacción entre inquilino y propietario por el alojamiento en la casa, el modelo de negocio de estas plataformas de intercambio es el cobro de una cuota anual de suscripción que cubre el anuncio y diversos servicios, como seguros. Por ejemplo, Knok tiene una tarifa de 29 dólares al año (25,54 euros). Este precio incluye el anuncio de la vivienda y la posibilidad de alojarse, de forma ilimitada, en otras viviendas que se intercambian en la plataforma durante todo un año. Desde finales de septiembre, Guest to Guest cobra 130 euros al año por una oferta similar con otros servicios adicionales.
El precio de la compra de Knok no ha sido revelado, ya que Guest To Guest es una empresa privada. En 2017, esta compañía francesa consiguió financiación por 35 millones de dólares, dinero que ha usado para adquirir a las principales empresas que operaban en los mercados de su interés, con lo que ha logrado hacerse con clientes en regiones geográficas donde no tenía presencia.
La estimación sobre el negocio que supone el intercambio de casas es complicada, ya que la mayoría de empresas que se dedican a esta actividad no revelan datos económicos al no cotizar en bolsa. El intercambio de casas es una de las actividades que se engloba dentro de la denominada economía colaborativa y que consultoras como PwC estiman que supondrá más de 200.000 millones de dólares en 2025. En China, según un informe del State Information Center’sSharing Economy Research Center, las transacciones por intercambio de casas ascendieron a 14.500 millones de yuanes (2.082,49 millones de dólares), con un crecimiento del 70% con respecto a 2016. Sólo 78 millones de personas usaro neste tipo de alojamiento, una cifra irrisoria, y que da idea del potencial en un país con más de 1.000 millones de habitantes. En 2020, el negocio del intercambio de casas en China podría superar los 7.000 millones de dólares.
Un negocio tan apetecible no está pasando desapercibido para las compañías tradicionales del sector del alojamiento. Accor, Hyatt o Marriot son algunas de las grandes empresas hoteleras que han comprado portales de intercambio de casas con la finalidad de no perder pie en este mercado. A pesar de ello, estos gigantes del alojamiento todavía tienen un largo camino por delante y están aprendiendo a gestionar esta línea de negocio. Hyatt ha registrado una pérdida por deterioro de 22 millones de dólares en las operaciones de Oasis, un portal de alquiler de apartamentos en el que invirtió en 2017. Por su lado, Accor también ha declarado una pérdida de 288 millones de dólares por el bajo rendimiento de su inversión en Onefinestay y John Paul, una aplicación de conserjería personalizada.