Hertz, la compañía de alquiler de coches, ha salido de la quiebra que solicitó en el principio de la pandemia por coronavirus, en marzo de 2020. La decisión de la multinacional coincide con un momento en el que el mercado de alquiler de coches se halla en plena ebullición.
Los principales inversores de la empresa, Knighthead Capital Management y Certares Management, han insuflado 5.900 millones de dólares en las arcas de Hertz para recapitalizarla y hacer frente a sus deudas, según informa el diario The New York Times.
La reactivación del mercado de los viajes tras el parón y las restricciones provocadas por el coronavirus se encuentran detrás de esta decisión. Los directivos de Hertz quieren aprovechar esta ola, con una alta demanda de coches de alquiler, para incrementar los ingresos de la multinacional y enjugar algunas de sus deudas.
La salida de la quiebra también permite a Hertz acceder a cerca de 10.000 millones de dólares en nuevas líneas de financiación, como préstamos o líneas de crédito. La disminución de su deuda y los ingresos extra permitirán a la compañía modernizar algunas áreas de su negocio y reemplazar parte de la flota. Hertz, al igual que otras compañías del alquiler de coches, ha vendido en el mercado de segunda mano algunos de sus vehículos, lo que le ha permitido conseguir ingresos extraordinarios.
Los precios de los alquileres de vehículos llevan creciendo desde hace unas semanas por el aumento de las reservas, pero también por la falta de vehículos nuevos. Las empresas de renting de vehículos están renovando constantemente su flota, para lo que realizan compras de gran volumen a los fabricantes de coches. Sin embargo, la falta de semiconductores en el mercado, provocada por la pandemia y la alta dependencia de los países asiáticos en los que se fabrican, ha producido que los fabricantes de coches no puedan producir vehículos a los ritmos habituales. Por ello, los pocos coches que se fabrican se venden al consumidor final y, en segundo lugar, a las empresas de alquiler.
Este escenario ha ralentizado la renovación de flotas de las empresas de alquiler de coches como Hertz y les ha llevado a incrementar sus precios. En España, algunos destinos como las Islas Baleares están viendo incrementos del 300% en el precio con respecto a un verano normal.