Historia del Tribunal Supremo de España

La Torre Tavira, lugar privilegiado para obtener una panorámica de Cádiz | Foto: Torre Tavira

Como una flecha que se dispara hacia el manto añil que cubre Cádiz, la Torre Tavira sigue siendo un faro que emerge entre las casas apelotonadas del casco antiguo de la ciudad. En ella vio la luz el primer Tribunal Supremo de España, es decir, la máxima instancia judicial del país, la que dice la última palabra en casos muy concretos y unifica la doctrina jurisprudencial.

En realidad, el primer Tribunal Supremo, que se creó el 20 de junio de 1812, tenía su sede en la Casa-Palacio de los Marqueses de Recaño, que es el edificio en el que se erigió la Torre Tavira. De aquí, el alto tribunal se trasladó a Madrid cuando las tropas francesas de Napoléon empezaron a flaquear en su intento por controlar la península y la Guerra de la Independencia (1808-1814) tocaba a su fin.

Placas que indican la fundación del Tribunal Supremo en la Torre Tavira | Foto: David Fernández

Cádiz es el último paso que se puede dar antes de adentrarnos en el gigantesco Océano Atlántico. Los próceres patrios del siglo XIX lo sabían y decidieron usar la ciudad, enclaustrada en un brazo de piedra y arena conectado a la península, como bastión ante el avance de los ejércitos napoleónicos, que desde 1808 habían invadido España.

Pocos se acuerdan, pero la importancia de Cádiz es fundamental en la Historia moderna de España, ya que en la ciudad atlántica nació el 12 de marzo la Constitución de 1812, el primer texto legal que organizó el Estado español de forma moderna y liquidó los privilegios del Antiguo Régimen. En el mismo participaron diputados que representaban a todas las regiones españolas, desde Cataluña a Galicia, pasando por Castilla, Extremadura, Valencia y Andalucía.

Siguiendo los principios que explosionaron en París en 1789 (igualdad, libertad y fraternidad), los diputados que se reunieron en el Oratorio de San Felipe Neri dieron forma a una constitución que reconocía por primera vez el sufragio (aunque limitado), la elección de diputados, la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial (aunque de una forma muy difusa) y una serie de derechos de la persona que no habían tenido parangón hasta entonces. Aunque es el primer ensayo liberal de puesta en marcha de un Estado racional, la historia de los derechos individuales y el parlamentarismo había arrancado siglos antes en León, donde los Decreta ya reconocían libertades y derechos muy avanzados en el siglo XI.

Torre Tavira | Foto: David Fernández

Torres para controlar el comercio

Hoy, la Torre Tavira, que es Bien de Interés Cultural, es un mirador de excepción. Recibe su nombre de Antonio Tavira, teniente de fragata que fue el primer vigía de la torre en el siglo XVIII. Porque sí, este tipo de edificaciones servían para avistar los barcos que llegaban con mercancías a Cádiz y así controlar el precio de las materias primas y otros productos. Se erigían en las casas de los ricos comerciantes, viviendas que se componían de varias plantas que servían de almacén y lugar de habitación.

Una de las partes más atractivas de la Torre Tavira es su cámara oscura, que permite ver casi todo Cádiz a vista de pájaro y de una forma excepcional. Este habitáculo sigue la filosofía de las cámaras réflex de fotografía: a través de un juego de espejos proyecta la imagen de la ciudad sobre una superficie. Pero, a diferencia de una foto o de un vídeo, lo que observamos ocurre en directo. La misma se puso en marcha en 1994 y fue de las primeras en España (hoy existen otras siete).

Cámara oscura de la Torre Tavira donde se proyecta la imagen de Cádiz | Foto: David Fernández

La torre es la más alta de todas las que quedan en la ciudad, unas 129 de las 160 que sirvieron para otear el horizonte en el siglo XVIII. Se puede acceder a la misma desde las 10 horas de la mañana hasta las 18 horas de la tarde en invierno y hasta las 20 horas en verano. El precio por la entrada es de 6 euros (con una tarifa reducida de 5 euros en determinados casos).

Cómo moverse por Cádiz

Lo mejor para recorrer la provincia gaditana es alquilar un coche. Nosotros lo hemos hecho con Europcar y hemos usado un Audi A1 SportBack 1.4 TDI 90CV Ultra Design S-Tronic. Este vehículo dispone de una potencia de 90 CV y 4 cilindros. Su consumo urbano alcanza los 4 l/100 km; consumo extraurbano, 3,3 l/100 km; y consumo mixto, 3,6 l/100 km. Este Audi cuenta con cinco puertas y un maletero de 270 litros. Alcanza una velocidad máxima de 182 km/h y llega de los 0 a los 100 km/h en 11,6 segundos.

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