Centroamérica y América del Sur se están posicionando en el panorama mundial del turismo como destinos apetecibles para viajar e invertir. Esta tendencia, frente a un mercado tan maduro como Europa, se viene produciendo desde hace años, pero en el último lustro ha adquirido mayor velocidad. Este medio ha pasado una jornada en Fitur, la feria de turismo que se desarrolla en Madrid, y ha comprobado el empuje de los destinos iberoamericanos y la ansías de inversión de las empresas en los mismos.
Jorge Hernández, presidente de la Confederación Organizaciones Turísticas de América Latina y el Caribe (COTAL), ha explicado que “por la riqueza histórica, cultural, natural y etnográfica de los pueblos de América Latina, la actividad turística está llamada a ser el segmento económico más importante por su ritmo de crecimiento y aportación al desarrollo social”. Los estudios de la Organización Mundial de Turismo (OMT) que 180,6 millones de turistas visitaron algún destino latinoamericano en 2014, un 4,7% más que hace un año. México es la estrella en la región, con un 19% más de turistas según el Banco de México.
El país centroamericano es un filón y si sabe estructurar una oferta turística competitiva en los próximos años puede convertirse en un líder regional. Con una superficie de 2 millones de kilómetros cuadrados (casi cuatro veces España) las opciones turísticas que presenta son innumerables: playa, naturaleza, cultura, compras, aventura… El stand de México en Fitur es uno de los más grandes y en el mismo se concentra la mayoría de sus destinos, en interminables cubículos donde mantener reuniones de negocio. Este medio ha podido entrevistar a los subsecretarios de Turismo de los estados de Zacatecas y Durango, que ofrecen una ruta conjunta por sus pueblos y hacen mucho hincapié en el turismo cultural y de naturaleza. Si México logra articular sus atractivos, a la vez que consigue mejorar su seguridad general en el país y hacer que su población aumente sus niveles de riqueza, será un gigante imbatible.
Las empresas también empiezan a ver nuevas oportunidades en diferentes zonas latinoamericanas, sobre todo en el Caribe. No es algo nuevo, ya que muchas hoteleras españolas y estadounidenses tienen presencia en México, República Dominicana o incluso Cuba. En Fitur, Apple Leisure Group, uno de los mayores conglomerados turísticos de la zona, ha estado tentando a diferentes inversores hoteleros para que le acompañen en la apertura y gestion de nuevos establecimientos en el Caribe. La compañía estadounidense, participada por Bain Capital, empresa del excandidato a la presidencia de EEUU Mitt Romney, realizó una presentación sobre el potencial del mercado caribeño. Javier Coll, vicepresidente ejecutivo de Apple Leisure Group, manifestó que “el potencial de crecimiento del mercado estadounidense en el Caribe es gigantesco”. La clave está en el turista de los EEUU, que está empezando a viajar fuera de su país (sólo el 30% de los estadounidenses cuentan con pasaporte, frente al 80% de británicos, por ejemplo). Cuba es la gran promesa en la zona tras la apertura del diálogo entre el país norteamericano y la isla caribeña, aunque su desarrollo turístico se producirá a medio plazo.
La explosión del turismo en Iberoamérica es una oportunidad que puede ayudar a desarrollar comunidades deprimidas, pero que cuentan con un patrimonio cultural y natural inédito. El turismo es una actividad que arrastra a muchos otros sectores, o que sirve de “paraguas”, como dicen los mexicanos, para generar empleo y riqueza. Sin embargo, también presenta riesgos si no se sabe gestionar de manera adecuada. Convertir un destino en un lugar de paso masivo de turistas puede acabar con su identidad y con las costumbres y formas de vivir de los pueblos que lo habitan. La clave está en atraer a un visitante cualificado por ingresos y nivel cultural.