Hoteles y apartamentos: complementarios para el turista

Piscina de las Villas Don Rafael, en Lanzarote

Un informe elaborado por la Universidad de Salamanca especifica que el gasto medio en el alquiler de una vivienda vacacional es de 539,87 euros, mientras que el gasto durante la estancia es de 1.042,40 euros. En esta última cantidad se incluye el dinero que repercute en los comercios, bares y otros servicios cercanos al alquiler. Los datos se encuentran en el “Primer barómetro del alquiler vacacional en España”, un documento elaborado por el centro universitario para la empresa estadounidense Homeaway y que quiere servir para acallar las voces que tachan a los propietarios de viviendas turísticas y apartamentos de defraudadores y provocadores de problemas en las comunidades de vecinos.

En el estudio también se indica que el 97,10% de los turistas encuestados no tuvo problemas con los vecinos durante su estancia y que en los últimos 3 años, la media de alojamiento en un establecimiento turístico (ya sea hotel, apartamento u otro tipo) ha sido de 8,14 veces, de las que un tercio se han producido en apartamentos o viviendas turísticas. La guerra entre hoteles y alojamientos alternativos siempre ha estado latente, pero se ha hecho más pública en el último año y tiene sus causas en dos pilares fundamentales. Por un lado, en la desidia de las administraciones españolas para regular el mercado del alquiler vacacional, registrar a los propietarios, exigirles unas mínimas condiciones de calidad y conseguir que tributen por su negocio. Los hoteleros se han quejado tradicionalmente de que deben cumplir con cerca de 250 normas para operar su negocio y que están muy controlados, frente a la laxitud con otros tipo de alojamientos, como apartamentos y viviendas turísticas. En segundo lugar, la irrupción en España de portales dedicados a listar alojamientos alternativos al hotel y a facilitar su búsqueda ha conseguido generar, aprovechar y visualizar un negocio que antes estaba muy disperso.

La importancia de Internet es capital para el negocio del alquiler vacacional y el estudio de la Universidad de Salamanca detalla que el 53,6% de los encuestados ha consultado portales especializados de alojamientos turístios para preparar su viaje. Además, el 33,2% también ha mirado en otras webs, como pueden ser revistas, blogs, redes sociales o sitios con contenido turístico relacionado. Los hoteles también se han beneficiado de la Red y distribuyen sus habitaciones, además de a través de sus propios portales, de web “concentradoras” de la oferta, como Booking, por ejemplo. Sin embargo, el negocio hotelero siempre ha tenido una mayor distribución a través de agencias de viajes y aglutinando sus ofertas en paquetes vacacionales. Por el contrario, los apartamentos y pisos turísticos han tenido una distribución más fragmentada, con una promoción casi de boca-oreja, entre amigos, familiares y conocidos, amén de que su negocio es radicalmente diferente al de un hotel, que para ser rentable debe llenar un mínimo de sus habitaciones. La irrupción de Internet y la agrupación de los alojamientos alternativos en portales especializados ha conseguido que la nueva generación de consumidores digitales encuentre más fácil alojarse en ellos y comparar precios con otras alternativas. De hecho, el 39,9% contrata su alojamiento vía web, aunque todavía hay un 36,6% que lo hace por teléfono.

Y en el plano de la rentabilidad para el cliente se sitúa parte del debate. El precio es uno de los factores más importantes para elegir una vivienda turística y los encuestados le otorgan una nota de4,2 de un máximo de cinco puntos sobre otros factores, como ubicación, equipamiento, entorno, etcétera. Los apartamentos y viviendas turísticas suelen tener un precio fijo, por lo que si el mismo se comparte entre varias personas, el coste final se abarata. No sucede lo mismo con las habitaciones de hotel, que cobran por persona (aunque hay casos en los que no es así). Sin embargo, el estudio de la universidad salmantina destaca una nota fundamental: el uso de apartamentos y hoteles es complementario. De las veces que los encuestados se han alojado en algún establecimiento turístico, un 42% de veces lo han hecho en hoteles, mientras que en un 33% de ocasiones ha tenido lugar en viviendas turísticas y un 25% de veces en otro tipo de alojamientos (hostales, pensiones o casas rurales). Los autores del estudio concluyen que “quien más viaja contratando hoteles u otro tipo de alojamientos, más veces contrata viviendas turísticas”.

El estudio se realizó entre el 4 y el 17 de junio de 2014 mediante cuestionario entre 2.077 individuos residentes en España. Para elegir a los candidatos se siguieron las cuotas de edad, sexo y comunidades autónomas que resultan del padrón municipal que publica el Instituto Nacional de Estadísica con la idea de conseguir una representación lo más fielmente posible de la sociedad española.

Demanda extranjera y negocio

El estudio de la Universidad de Salamanca sólo se refiere al viajero español, que supone el 50% del negocio en el sector turístico, mientras que el resto lo produce el visitante extranjero. De hecho, buena parte de las quejas de los hoteleros se centran en el turista foráneo, ya que se ha visto una redirección del que llegaba a España con un paquete de agencia de viajes y se alojaba en un hotel, a aquellos que dedicden buscar el viaje por su cuenta y pueden acabar en un apartamento. En cualquier caso, el cliente que busque una serie de servicios y comodidades acabará inclinándose por el hotel frente al apartamento o la vivienda turística, donde debe hacerlo todo por sus propios medios.

Por otra parte, no existe una cuantificación del negocio que supone el alquiler y el alojamiento alternativo en España, que incluya a apartamentos, viviendas turísticas, casas rurales, etcétera. Extrapolando el gasto medio de 1.042 euros en este tipo de establecimiento al resto de la población española (un 30%), el negocio del alquiler vacacional habría reportado a España cerca de 6.500 millones de euros anuales, según el estudio de la Universidad de Salamanca. No deja de ser una cifra muy aproximada y obtenida sin rigor estadístico, y que se refiere no sólo al negocio del alquiler vacacional, sino al dinero que dejan los turistas que se alojan en este tipo de establecimiento en las zonas por las que pasan (comercios, bares, atracciones, etcétera).

Related posts

Salzburgo, ganas de disfrutar

Un juego para cualquier momento

Algunas de las ciudades más vanguardistas en España