MADRID.- El jueves 31 de octubre, inicio del puente de todos los Santos, los trabajadores de Renfe, la empresa española pública de ferrocarriles, y de Adif, el gestor de infraestructuras ferroviarias, están llamados a secundar una huelga desde las 0 horas a las 23 horas de ese día. Los sindicatos CGT y el Sindicato Ferroviario han convocado este paro total, que se une a los parciales registrados desde el lunes 28 de octubre. Los empleados de ambas compañías protestan contra la segregación de Renfe en cuatro empresas y de Adif en dos sociedades, paso que el Gobierno ha dado para liberlaizar totalmente el sector ferroviario en España. A juicio de los trabajadores, esta medida de segregación pone en peligro sus puestos de trabajo.
El Ministerio de Fomento ha fijado unos servicios mínimos que garantizan la circulación de hasta la mitad de los trenes habituales. Así, en los servicios de Cercanías, el transporte que cubre diferentes capitales de España, Fomento ha fijado unos servicios mínimos del 75% de los trenes en hora punta (de 6.00 horas a 9.00 horas, de 13.30 horas a 15.30 horas y de 18.30 horas a 20.30 horas) y del 50% en el resto de franjas. Es decir, que dentro de los horarios de mayor afluencia funcionarán tres de cada cuatro trenes y en resto de horarios sólo la mitad de los habituales.
Para Media Distancia (trenes regionales), los servicios esenciales alcanzan el 63%. Por su lado, para AVE y Larga Distancia, los servicios mínimos fijados alcazan el 72% de los trenes. Por su lado, en el caso de Adif, los trabajadores que se consideran necesarios para cubrir los servicios esenciales representan un 19,92% para el día 31 de octubre.
Como suele ocurrir siempre que existen paros en un servicio público, empresa y trabajadores no se ponen de acuerdo sobre los datos de seguimiento y se desata una guerra de cifras. Renfe asegura que sólo un 3% de los trabajadores han secundado la movilización, mientras que los sindicatos hablan de un seguimiento del 70%.