MADRID.- Demasiado barato. IAG, el holding que agrupa a Iberia y British Airways, ha elevado su oferta de compra por Vueling, de los 7 euros iniciales a 9,25 euros. Esto supone que el conglomerado desembolsará 149,79 millones de euros, un 32,15% más que el precio inicial de 113 millones de euros. Como ya informó este medio, ciertos fondos con participaciones minoritarias en Vueling no aceptaban el precio de 7 euros por acción que IAG habia propuesto. Además, los 28 millones de beneficios que obtuvo Vueling en 2012 tampoco ayudaban a mantener la fición de un precio que había sido sobrepasado por la propia cotización de la aerolínea, que ahora se mueve en los 9,23 euros.
Por otro lado, el Consejo de Administración de Vueling, presidido por Josep Piqué, también rechazó la oferta de IAG por considerarla no equitativa para los accionistas, a tenor de los informes encargados a varias empresas auditoras. El propio Piqué votó en contra de la oferta del conglomerado IAG, lo que puede avanzar que, una vez que el holding se haga con la empresa catalana, los días del exministro de los Gobiernos de José María Aznar (PP) podrían estar contados en la aerolínea.
La intención de IAG es integrar a Vueling en su oferta de vuelos de corto y medio radio, dentro de España y en Europa. La realidad es que la firma catalana, cuya base se encuentra en Barcelona, ya sirve a Iberia como suministrador de viajeros, puesto que compañía española controla más del 45% del capital de Vueling. No obstante, la gestión de la firma y su estrategia se han mantenido independientes. En su oferta de compra, IAG asegura que esto se seguirá manteniendo en el primer año tras la compra, aunque con toda seguridad la gestión cambiará y la estrategia también se modificará para beneficiar a British Airways e Iberia, aportándoles pasajeros en conexión y operando rutas que ahora no les resulten rentables con sus modelos de negocio. El empleo de los trabajadores de Vueling también está asegurado, según IAG.
Vueling nació en 2004 para dar respuesta a un hueco de negocio que existía en el mercado español, donde las aerolíneas de bajo coste aún no tenían gran presencia. Lázaro Ros y Carlos Muñoz fueron los fundadores y el 1 de julio de 2004 se produjo el primer vuelo inaugural de la compañía, que un año después cotizaba en bolsa. Problemas en la gestión llevaron a que Ros y Muñoz saliesen de Vueling (años después fundaron la aerolínea Volotea) y la compañía se fusionase con Clickair, un proyecto de Iberia cuyo objetivo era medrar en el mercado del bajo coste de Barcelona y erosionar los resultados de Vueling. Gracias a esta fusión, Iberia se incorporó al accionariado de Vueling. En el último año, la firma catalana ha demostrado la rentabilidad de su negocio, obteniendo un beneficio de 28 millones de euros e incluso ha diversificado su actividad en la hotelería.