Iberia puede perder la exclusividad de la T4 en Madrid-Barajas

Zona de equipajes de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas | Foto: Madrid Visitors and Convention Bureau

MADRID.- El Gobierno de Mariano Rajoy (PP) prevé abrir la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas, actualmente ocupada por Iberia y otras compañías aéreas de la alianza Oneworld, a aerolíneas asiáticas y de extremo oriente. Dos informaciones en diferentes medios digitales (El ConfidencialEl diario) señalan que José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, ha advertido a IAG, el conglomerado que agrupa las operaciones de Iberia y British Airways tras su fusión, de que no le temblará el pulso a la hora de abrir la Terminal 4 de Barajas a otras compañías que puedan alimentar con pasajeros y carga el aeródromo madrileño.

La advertencia se ha realizado en un contexto de tensiones entre el Gobierno español, Iberia e IAG, ya que el Ejecutivo que dirige Mariano Rajoy considera que Willie Walsh, consejero delegado de IAG, está mermando el negocio de la compañía española tras la fusión con la británica. Iberia se encuentra aplicando su plan de reestructuración, por el que 3.181 trabajadores deberán dejar la compañía. A la vez, la aerolínea ha dejado de operar rutas que no le resultaban rentables, la mayoría de ellas en el mercado latinoamericano, su zona de expansión natural, y lo que convertía a Barajas en la puerta de entrada de Amércia Latina en Europa. Asimismo, Iberia viene realizando cambios en su política comercial: ha mejorado las clases business, ha creado una nueva tarifa más barata para captar pasajeros de bajo coste y en las próximas semanas presentará su nueva imagen.

Iberia se ha encontrado dentro de una tormenta perfecta en la que sus últimos gestores no han sabido maniobrar de forma correcta. En primer lugar, la alta competencia de los vuelos de bajo coste, que se apropiaron de los viajeros que seleccionan su medio de transporte a través del precio. Además, la estructura de costes y la operativa de las low cost está a años luz de las compañías tradicionales como Iberia. Esto hizo que el negocio de la empresa española se quedase rápidamente obsoleto, perdiendo pasajeros y conservando unos costes muy altos. A todo ello se sumó la crisis económica, que hizo descender el número de viajes y elevó los precios del petróleo. En consecuencia, Iberia entró en pérdidas económicas desde 2010, último año como independiente antes de la fusión.

Barajas como hub

La Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas costó al Estado español cerca de 7.000 millones de euros y fue inaugurada por José Luis Rodríguez Zapatero, el anterior presidente de Gobierno. La misma es culpable de buena parte de la deuda que lastra Aena, la empresa pública que gestiona los aeropuertos nacionales, y Soria y Rajoy quieren rentabilizarla, sobre todo con la privatización de Aena a la vista. En agosto se ha producido una caída de pasajeros en el aeropuerto de Barajas sin precedentes en un mes turístico (un 14%) y han saltado las alarmas en el Gobierno, que también desea posicionar el aeropuerto como un importante nexo de unión entre Europa, América y Oriente Medio. Para ello necesita abrir el mismo a nuevas rutas y aerolíneas en vista de que Iberia pierde fuelle como compañía de bandera. Este descenso se achaca a la reducción de rutas de Iberia, pero lo cierto es que compañías de bajo coste como Ryanair e Easyjet han reducido sus cuelos por el incremento de las tasas aéreas que les impedían rentabilizar todas sus operaciones.

De momento, Walsh está imponiendo su criterio en IAG y ha dejado claro que no se invertirá en el crecimiento de Iberia hasta que la compañía no haya realizado los ajustes en productividad y empleo que el consejero delegado del holding piensa que necesita. El Gobierno español no está de acuerdo, como han manifestado en numerosas ocasiones Soria y Ana Pastor, ministra de Fomento, pero no puede intervenir directamente en la gestión de una empresa privada. Los sindicatos de Iberia tampoco están muy contentos, ya que consideran que el plan de Walsh es que Iberia acabe engullida dentro de IAg para beneficiar a British Airways.

La idea del Gobierno Rajoy pasa por permitir que aerolíneas de Oriente Medio (como Qatar Airways o Emirates Airlines) operen con normalidad en Barajas, a la vez que otras asiáticas procedentes de China, por ejemplo. Ahora existe una limitación, puesto que los permisos de vuelo para las aerolíneas se negocian entre los diversos países, pero el Ejecutivo español está dispuesto a eliminar esta limitación.

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