MADRID.- La negociación entre Iberia y los sindicatos que representan al 93% de la plantilla (UGT, CCOO, Asetma, USO, Sitcpla y CTA-Vuelo) se ha desbloqueado, una vez que la compañía ha aceptado negociar un plan para el periodo 2013-2017. El punto de partida serán los acuerdos alcanzados en el SIMA (Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje) y la alternativa al plan original de Iberia presentada por estos seis sindicatos.
Iberia se ha comprometido a fijar el nivel de crecimiento de actividad de cada año, con un incremento para 2017 de al menos dos dígitos sobre la situación actual, así como a establecer la flota necesaria para lograr estos objetivos. También se ha mostrado dispuesta a una reforma del plan comercial y a definir el papel de Iberia Express y de Vueling. Además, la compañía aérea fijará los ajustes salariales y de productividad para hacerlo posible con beneficios. En cuanto al ajuste de plantilla, Iberia aplicará el ERE en vigor, pactado hasta 2013, con posibilidad de prórroga.
Para avanzar en la negociación, se abrirán tres mesas técnicas para las áreas de handling, mantenimiento, comercial-corporativa y de tripulantes de cabina. La idea de los sindicatos es proceder a una negociación global, que finalice el próximo 31 de enero, con un solo acuerdo definitivo. Es una estrategia diferente a la que se ha venido manteniendo en los últimos años, donde cada colectivo negociaba sus condiciones laborales particulares.
El plan original de Iberia era despedir a 4.500 trabajadores, de una plantilla que roza los 20.000, así como reducir frecuencias en diversas rutas y abandonar aquellas que no son rentables. En su última oferta, la aerolínea rebajó en 600 el número de despidos. Según las cuentas del último trimestre, Iberia habría perdido en los nueve primeros meses del año 262 millones de euros.
