Iberia y trabajadores, a la espera de aplicar el plan de reestructuración y de las huelgas

MADRID.- Tensa calma en el conflicto entre Iberia y sus trabajadores. Las negociaciones para aplicar el plan de reestructuración, que contempla despidos, se han roto y desde IAG, holding que agrupa a British Airways e Iberia, han anunciado que aplicarán el plan original, en el que se preveían hasta 4.500 despidos.

Los sindicatos que agrupan a los trabajadores de tierra, handling, cabina de pasajeros y pilotos ya han anunciado que realizarán huelgas, probablemente a partir del 18 de febrero, aunque aún no se han concretado fechas. Los sindicatos se reunirán una última vez con los directivos de Iberia en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA). Previsiblemente, este encuentro se producirá el próximo miércoles 6 de febrero y es difícil que del mismo salga un acuerdo.

Las huelgas podrían ser de 24 horas, aunque el Ministerio de Fomento fijará los servicios mínimos que deben respetarse, y entre los sindicatos se ha planteado la idea de realizar los paros durante cinco días consecutivos. Los representantes de los trabajadores aseguran que las decisiones sobre la negociación y los planes vienen impuestas desde Londres y que en Madrid no se decide el futuro de Iberia.

Por su lado, la compañía se ha reafirmado en seguir adelante con el plan de reajuste que aprobó en noviembre de 2012. Según el mismo, Iberia deberá despedir a 4.500 personas de un total de 20.000 trabajadores. Además, se abandonarán determinadas rutas que no son rentables, entre ellas algunas que enlazan con destinos iberoamericanos (como La Habana). Iberia también trabajará para elevar los ingresos y mejorar la calidad. En Fitur, la feria de turismo más importante de España, anunció la remodelación de su clase business plus con nuevas butacas y la incorporación en los asientos de clase de turista de nuevos sistemas de entretenimiento individuales. La aerolínea también piensa ofrecer conexión a Internet en sus vuelos.

Sin embargo, los directivo de Iberia, con Rafael Sánchez-Lozano, consejero delegado, a la cabeza, pretenden reducir la flota de Iberia y reconvertirla para hacerla más eficiente, una tarea que se debía haber hecho hace años, pero se fue postergando. Asimismo, los planes de IAG e Iberia pasan por dejar que las rutas nacionales y europeas las operen Iberia Express y Vueling, compañía que IAG está a punto de comprar. Con ello, Iberia se convertiría en una aerolínea de largo radio, que son las rutas que mejores resultados le han dado en los últimos años.

Planes y negociaciones

Iberia presentó su plan de reestructuración (o más bien, reconversión) el 9 de noviembre de 2012, tras anunciar que en nueve meses había perdido 262 millones de euros, casi un millón diario. Entonces, la compañía se dió un plazo hasta el 31 de enero de 2013 para negociar con los sindicatos, fecha que se ha sobrepasado sin un acuerdo. En el plan se incluía un recorte de plantilla en 4.500 personas, un 23% de la plantilla total, y una reducción de la capacidad del 15%.

La estrategia ideada por Iberia contempla la supresión de rutas y frecuencias no rentables, con el objetivo de mejorar los resultados en al menos 600 millones de euros para 2015 y conseguir que la compañía vuelva a lograr beneficios. Para ello, se centraría en las rutas más rentables, con una disminución de flota de 25 aviones (cinco de largo radio y 20 de corto radio).

Hasta el mes de enero, Iberia y sindicatos han estado negociando y la última propuesta de la aerolínea, que no aceptaron los representantes de los trabajadores, contemplaba 3.147 despidos (un 30% menos de los incialmente previstos), que se incluirían en el ERE que hay en vigor en la compañía y que data de 2001. También se proponía una reducción salarial menor, pasando del 11% para los trabajadores de tierra y del 23% para TCP y pilotos respectivamente, frente a una reducción inicial que oscilaba entre el 25% y el 35%.

En un comunicado, los sindicatos consideraron esta propuesta como un “chantaje” y ven “imprescindible” un compromiso por parte de Iberia “real” de crecimiento a partir de 2014, después de reducir la capacidad en un 10% para este año, y critican que la aerolínea no especifique “la cantidad y calidad” de las inversiones anunciadas durante dicho plan. Los sindicatos también alegan que Iberia no se compromete firmemente a aplicar el ERE en vigor.

Por si el conflicto fuese poco complicado, el Gobierno, a través de Ana Pastor, ministra de Fomento, y José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, se han metido de lleno en la defensa de un acuerdo con los trabajadores frente a la libertad de la empresa para aplicar los planes que crea conveniente en la mejora de su negocio. En Fomento consideran que el problema de Iberia es una cuestión de Estado (el mismo es accionista a través de la nacionalizada Bankia y tiene representación en el Consejo de Administración).