Impacto limitado del coronavirus de Wuhan en el negocio turístico europeo

Desde hace varios años, diferentes voces del mundo de los negocios venden el turista chino como la panacea para los destinos urbanos. La realidad es que el turista chino que visita Europa representa un porcentaje muy reducido, con alto poder adquisitivo y unos requerimientos muy especiales que sólo pueden cumplir determinados hoteles y tiendas. Los datos de la Organización Mundial del Turismo destacan que en 2018 viajaron fuera de China 149,7 millones de turistas, que realizaron un gasto de 277.345 millones de dólares.

En el caso de España, el turismo chino no es determinante, aunque se estaba imponiendo como uno de los mercados de visitantes no europeos que más ha crecido en los últimos años. El Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja que en 2019 llegaron a España algo más de 699.000 visitantes chinos, un 8% más que el año precedente. El crecimiento más elevado, desde que el INE dispone de cifras, es de 2017, cuando superó el 37%. Con todo, el turista chino sólo supone el 0,8% de todos los visitantes extranjeros que recibió España en 2019.

Esta cifra muestra que el impacto del coronavirus de Wuhan en España será muy limitado y lo sufrirán más las tiendas que venden productos de lujo en Madrid, pero sobre todo en Barcelona. Un informe de The Shopping & Quality Tourism Institute, un lobby formado por grandes empresas españolas para concienciar sobre la necesidad de atraer un turista de largo radio y mayor gasto, cuantifica en 296 euros el gasto medio de un chino en sus viajes a España. Está por encima del que realizan británicos (135 euros) o alemanes (140 euros), los dos principales emisores de turistas a España, pero no supera al de otros visitantes, como japoneses (400 euros), surcoreanos (365 euros), israelíes (365 euros) o estadounidenses (269 euros).

Global Blue, empresa especializada en procesar pagos e integrante de The Shopping & Quality Tourism Institute, asegura en un comunicado que el turismo de compras creció un 18% en Barcelona durante 2019. Además, el 39% del gasto en compras en los comercios barceloneses lo han realizado los visitantes chinos. Por eso, determinados comercios de la ciudad condal serán los más perjudicados por las restricciones de viajes impuestas en China por el coronavirus de Wuhan, sobre todo los del Paseo de Gracia, donde se concentran casi la mitad de las compras.

Barcelona también se ha visto afectada por otro hecho relevante: la cancelación del Mobile World Congress, el mayor evento de telefonía móvil y dispositivos relacionados del mundo. Esta feria aporta a la ciudad catalana alrededor de 470 millones de euros, incrementa la ocupación de los hoteles, repercute en la hostelería de la ciudad y ayuda a crear más de 11.000 puestos de trabajo temporal. La suspensión de la edición de este año ha tenido como causa inmediata el miedo de grandes compañías a hacer que sus empleados viajen a Europa y se relacionen con los fabricantes chinos de móviles, como Huawei o ZTE. Pero diversas voces del sector tecnológico reconocen que esta excusa tiene como trasfondo los altos costes del evento y el escaso valor que aporta. Esta tesis se confirmará o desmentirá en febrero de 2021, fecha de la siguiente edición, en función del número de expositores que acudan al Mobile World Congress de Barcelona.

Situación similar en Europa

En el resto de Europa la situación es parecida, aunque algunos destinos como Francia o Italia sufrirán más las consecuencias del coronavirus, porque la afluencia de turistas chinos es mayor a estos países. Forwardkeys, una empresa valenciana de bigdata, explica que la previsión de vuelos desde China a destinos europeos es un 36,7% inferior que hace un año. El resto de regiones mundiales obtienen previsiones parecidas: Asia (-58%), África y Oriente Medio (-56%) y el continente americano (-63%). Además, los vuelos que han despegado de aeropuertos chinos a otros del resto del globa han caído un 57% de media, fundamentalmente por las restricciones que ha impuesto el Gobierno chino para salir del país.

En un reciente artículo publicado en The New York Times se indica que Italia será uno de los destinos más perjudicados, pues los gobiernos de los dos países habían puesto en marcha un plan para fomentar las visitas entre China e Italia. Las frecuencias aéreas diarias que conectan el país mediterráneo con el asiático, 56 vuelos semanales en la actualidad, se quieren duplicar hasta los 108 vuelos a la semana durante 2020. Sin embargo, esta conectividad ha sido suspendida por las autoridades italianas con el objeto de evitar el riesgo de que personas infectadas con el coronavirus viajen desde China.

A París le sucede algo similar que a España, con las diferencias que hacen imposible comparar una ciudad con un país. La capital francesa recibió el año pasado cerca de 800.000 visitantes chinos, el 3% de todos los turistas que llegan a la ciudad francesa. Por ello, el impacto del coronavirus será muy reducido, centralizado en comercios donde se apliquen políticas libres de impuestos (los viajeros chinos pueden solicitar la devolución del IVA en sus compras) y en hoteles donde se aloja específicamente este turista. Las empresas encargadas de tours y grupos para viajeros chinos también serán las grandes afectadas.

Idénticos escenarios se dan en Reino Unido o Alemania. El alcance económico de la crisis por el coronavirus de Wuhan para el turismo es, todavía, muy limitado.

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