El marketing y la publicidad no tienen límites. Muchas aerolíneas están sufriendo una sangría de clientes en todas sus clases, pero fundamentalmente en la business. Y es que las empresas están empezando a abrocharse el cinturón de verdad ante la que está cayendo, por lo que tienden a reducir los desplazamientos de sus ejecutivos y a acomodarlos en otras clases más económicas.
Iberia no se ha quedado de brazos cruzados y ante la evidencia ha decidido “reorganizar” su clase más selecta, tanto en vuelos nacionales como internacionales. Lo que se le ha ocurrido a la primera aerolínea española es “no comercializar las butacas centrales en esta cabina [business] y dejar el asiento del medio siempre libre, para que los clientes de negocios dispongan de más espacio y disfruten de mayor comodidad” tanto en vuelos nacionales como internacionales, según un comunicado de la firma. Hombre, pensar en la comodidad del viajero siempre está bien, pero lo que está muy mal es que no se hayan dado cuenta hasta ahora (después de 80 años de existencia) de que los señores del business iban incómodos y apretados en primera clase.
Al paso que vamos (con unas low cost ganando terreno a las aerolíneas tradicionales) no tardaremos en ver cómo los asientos centrales de las clases más económicas también se quedan libres. No por nada, sólo para facilitar que el viajero acomode su equipaje de mano, el perro, el gato y el loro.
No queremos hacer sangre de este tema, de verdad. Siempre defenderemos a las empresas turísticas, sobre todo a las españolas. Pero tampoco nos gusta que se intente ocultar la verdad: las aerolíneas están sufriendo mucho (como otras empresas del sector, por ejemplo las agencias de viajes), pero no pensamos que la solución sea decir que no se comercializarán las butacas centrales en business. Es que, de cualquier manera, no se van a vender. Al menos de momento.
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